Chihuahua, Chih.
Seguramente, a medida que desarrollaba su discurso, el gobernador Corral, a juzgar por las reacciones de la mayoría de quienes acudieron al mitin informativo, se percató que había estado desperdiciando un activo político y que había estado con la mira equivocada.
La respuesta de los asistentes, a las palabras de Corral en el momento en que le exigió al gobierno de Peña Nieto la extradición del ex gobernador César Duarte, fue el momento estelar de la concentración del domingo. Unánime fue el aplauso, seguido por el coro que fue creciendo -“¡No estás solo, no estás solo!-
Sí, estaba el antecedente de la detención del ex Secretario General Adjunto del Comité Nacional del PRI, Alejandro Gutiérrez, y el posible involucramiento de infinidad de dirigentes partidistas, funcionarios públicos federales y estatales, de gobernadores y hasta del equipo más cercano al presidente Peña Nieto, que develó una de las tramas del financiamiento ilegal de campañas y candidatos, sospechada por los mexicanos, pero nunca revelada en sus detalles y con las pruebas en la mano.
Ante semejante denuncia, la respuesta de una buena parte de los chihuahuenses -con la veta antipriista a flor de piel- era lógica: Rechazar lo esgrimido por Javier Corral, quien aprovechó un descuido burocrático, un error de los más altos funcionarios de Hacienda o una maniobra política para, supuestamente, presionar a Corral por la detención de Gutiérrez reteniéndole 800 millones de pesos al fin de año, necesarios, sobre todo, para el pago de aguinaldos, proveedores y gasto corriente.
¿Con esa maniobra paralizaron la actividad del gobierno estatal?
Pues no, y eso lo sabían, tanto los de Hacienda federal, como el equipo de Corral, pues éste reaccionó solicitando un préstamo directo bancario de 2 mil millones de pesos, a los que tiene derecho y capacidad en virtud, de que son créditos pactados a un año y no están avalados por las participaciones federales, sino por los ingresos propios de ese mismo año.
¿Que hubo discrecionalidad en la entrega de esos recursos? Obviamente, sí, la misma que existió en el pasado cuando a César Duarte le adelantaban, cada año, un promedio de mil millones de pesos y a Corral le otorgaron, un año atrás, poco más 600 millones de pesos y ahora, menos de 100.
Pero todo eso pasó a segundo término, lo urgente, lo impostergable para quienes acudieron al acto del gobierno estatal, es la extradición de Duarte y con ello los bonos de Corral se reciclaron, no tanto por la cantidad de gente reunida -aunque también, pues la afluencia refleja, casi directamente, el interés de muchos que no fueron- sino por las diversas reacciones mostradas a lo largo de los días previos, el día de la concentración y posteriormente.
Así, el gobierno de Corral ha puesto al de Peña Nieto en un brete, además de, en la práctica, erigirse en opositor, desde su posición de gobernante, lo que no se traducirá precisamente en buen trato del gobierno federal a los funcionarios del gobierno estatal y precisamente en año electoral.
Seguramente que los funcionarios de Hacienda y de las otras dependencias federales otorgarán a Chihuahua los recursos a los que están obligados y que, muy probablemente, se otorguen con lentitud.
Pero los dividendos políticos, para Corral y el PAN chihuahuense, sean los necesarios como para intentar repetir los triunfos del 2016 y revertir la mala imagen creada a lo largo de la administración corralista, no por los actos discrecionales del gobierno de Peña Nieto, sino por el de Javier Corral.
Y ya da los primeros pasos en ese sentido. La semana anterior, en reunión con la comunidad de la Uach, sin que existiera un acuerdo previo de las autoridades universitarias, Corral anunció la disminución de las cuotas de inscripción a la mitad y, ya puesto en plan de dirigente único de esa universidad, anunció que ya no habría, en adelante, distintas colegiaturas, que sería una sola, la informada por él y no por el rector Luis Alberto Fierro Ramírez.
¡El 2018 y la campaña electoral ya están aquí!
¡Prepárense!
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