Coronavirus y el reto de una posterior desglobalización

Coronavirus y el reto de una posterior desglobalización 2 de abril de 2020

Ethan Tejón Herrera

Chihuahua, Chih.

En estos días y semanas  recientes que amenazan con convertirse en meses enteros, nuestro género humano se encuentra sumido en la más grande crisis sin precedentes al menos desde la llegada del siglo XXI.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la reciente pandemia del coronavirus COVID-19 se convirtió en la amenaza más grande que ha visto este organismo al menos desde su fundación, el 24 de octubre de 1945 tras el final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

El reciente brote del virus COVID-19 y su posterior propagación a nivel global multiplicando en cientos los casos y fallecimientos ha paralizado no solo a nuestras actividades cotidianas si no que además nos ayuda a replantearnos si el actual modelo de explotación sin moderación de recursos naturales, así como un mal manejo de la crisis por la mayoría de los gobiernos mundiales, especialmente por parte de aquellos de carácter populista como Brasil y Estados Unidos puede continuar desafiando a las reglas no escritas de respeto y sana convivencia con nuestro medio ambiente.

Las tribus autóctonas repartidas en regiones, poblaciones y reservas tribales alrededor del mundo no están equivocadas cuando se refieren a la naturaleza como "madre" que colma de vida.

Desde antes de la pandemia se discutía la presentación de lo que parece ser un proceso de desglobalización que se avecina con fuerza, trayendo desamortización y fragmentación del modelo globalizador, una vez descartada esta crisis epidemiológica.

 


El brote epidémico nos ha ayudado a ver más de cerca las fallas suscitadas en nuestro sistema económico y en nuestras cadenas de producción y de suministro, así como nos ayuda a pensar de vuelta sobre nuestra interdependencia con China y con los demás países del sureste asiático, no es de sorprender que miles de votantes, políticos y algunos economistas y especialistas se hayan dejado seducir por el "nacionalismo económico" de la administración Trump, buscando exportar una versión de aquel modelo estadounidense a sus respectivos países.

Mientras el presidente Trump estaba ocupado librando una guerra comercial con China, se estaba gestando un caldo de cultivo nocivo tanto para la población asiática, como para los mismos productores y ciudadanos estadounidenses y de paso al resto de las naciones globalizadas, entre ellas nuestro país.

Mientras nuestro vecino norteamericano se encontraba perdiendo hegemonía, así cómo poder económico y político, al menos desde antes de la llegada de Donald Trump a la presidencia, la cruzada comercial en contra de China fue el último clavo colocado sobre su ataúd.

No obstante, Estados Unidos aún continúa siendo una nación poderosa y relativamente respetada, sin embargo el proceso de declive ha comenzado en este 2020 mientras un negro panorama económico se cierne alrededor del mundo y los mayores productores de crudo del mundo (Rusia y Arabia Saudita) se encuentran en una competencia por demostrar que nación tiene más poder, causado que los precios del combustible y sus derivados cayeran en caída libre, afectando de paso nuevamente a la economía estadounidense y a su producción petrolífera.

Una vez sorteada está contingencia económica, el mundo observará un reacomodo estratégico en el tablero de economías mundiales, inclusive no es de sorprender que resurjan toda clase de proteccionismos más férreos.

Así como la llegada de nuevos gobiernos desilusionados con el actual sistema productivo y político que expandan el nacionalpopulismo (como lo llama el académico estadounidense Francis Fukuyama), los cuáles busquen un mayor control de migración y de fronteras, así como la reactivación de una industria nacional con falta de competitividad.

Veremos nuevamente el ascenso del "Made in USA" y el "Hecho en México", sin embargo los costos de la producción local son más costosos que aquellos realizados en naciones extranjeras.

 


Espero equivocarme ante el advenimiento de este panorama, sin embargo el proceso desglobalizador es una variable que no debemos ignorar comprendiendo el período actual.

Una vez finalizada la pandemia, nada volverá a ser lo mismo, incluyendo  nuestra manera actual de ver y entender el mundo.