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Cohesión de fuerzas, única opción

Cohesión de fuerzas, única opción 26 de mayo de 2016

Llama académico al voto útil

Manuel A. Carrasco Estrada

Los tiempos pasan, el hombre evoluciona y el hoy jamás será como el ayer.

Esta premisa no excluye al pensamiento filosófico, ideológico ni político de los individuos y sus distintitos grupos de filiación, es decir, el pensamiento tanto en su carácter individual como colectivo debe transformarse, actualizarse y moldearse de acuerdo a los tiempos y necesidades actuales, este precepto lógico, natural e inherente de cualquier especie viva, debiera prevalecer con mucha mayor fuerza en la raza humana, sobre todo en aquellos que tengan una injerencia mayor en los asuntos de interés general; dicho de otra forma, quien mantenga un raciocinio ajeno o distante a las exigencias presentes no solo se atrofiará a sí mismo, sino será piedra de tropiezo para una sociedad que busca el progreso y el desarrollo, de manera tal que propiciará en su entorno un ambiente anacrónico, negándose a él mismo y a la comunidad la oportunidad de una mejor calidad de vida, pues quien se apegue a la cerrazón y al conservadurismo excesivo y sin fundamento, jamás propiciará alternativas para la unificación de fuerzas bajo un mismo fin.

¿Por qué traigo esto a mención?

Muchas son las mentes que se oponen y critican la Alianza Ciudadana que a bien ha tenido a convocar el candidato Javier Corral Jurado no solo para esta campaña electoral, pues ya de tiempo atrás ha venido sumando esfuerzos y consolidando distintos liderazgos para configurar un verdadero y sólido bloque opositor en el estado como en el país entero, pero como era de suponerse, esta alianza ha sido motivo de preocupación para el PRI, sus socios y aliados, así como para quienes ven amenazados en la figura del candidato sus intereses económicos y de poder absoluto, pues está demás mencionar que muchos son los que se han embrutecido y atascado desmesuradamente de riqueza mal habida bajo las faldas y el encubrimiento del gobernador y sus colaboradores.

Pero esto resulta nada extraño, pues al igual que las ratas cuando se sienten amenazadas y al borde del colapso comienzan a carcomer todo lo que pueden y a defenderse como coloquialmente se dice patas pa’ arriba, el PRI reacciona de la misma manera, pues vuelve a sus ya conocidas prácticas de enlodar lo que se le ponga enfrente en su afán de conservar el poder que suciamente ostenta, pues es más que evidente y la historia no me dejará mentir, que cualquier manifestación, situación, grupo o individuo con posibilidades de quitarles el control del poder, es sometido a una maquinaria priísta muy bien orquestada y apadrinada por grupos muy influyentes, enviciados y podridos en su interior, cuyo fin siempre buscará desestimar, menospreciar y socavar cualesquier intento de democracia y alternancia, por esto lógicamente los actores que se oponen a un cambio profundo y de raíz, verán con descontento y se empeñarán en minimizar y ridiculizar tan aplaudida alianza en pro de todos los chihuahuenses.

Dentro de las estructuras de los partidos políticos hay algunos que difícilmente sufren fracturas internas, como el caso del Revolucionario Institucional, en esta clase de instituciones tan cerradas y “disciplinadas” no hay lugar para la oposición, para la crítica, para la diferenciación de opiniones, para la disconformidad, dicho de otro modo, todos jalan al mismo lado, al mismo ritmo, al mismo tiempo y de la misma forma, es el borreguismo una de sus características más esenciales, quien alce la voz por alguna diferencia o por hacer notar su desavenencia es visto con desdeño y señalado como irreverente, como un displicente y blasfemo institucional.

Dicho de otro modo, en las filas de este tipo de partidos se afilian sujetos dóciles y sumisos a su sistema corruptor, sujetos de boca cerrada, jóvenes y adultos que obligados o peor aún, que por convicción propia siguen ciega y obedientemente las mismas viejas y enviciadas prácticas que por décadas este cártel público que es como debiera llamársele, ha ejercido desde su deshonrosa fundación en 1928, al que descaradamente nombraron Partido Nacional Revolucionario, que de nacional y revolucionario tiene absolutamente nada.

Por lo tanto, es de suponerse que los “liderazgos” que suele tener este cártel se pronuncien en contra de cualquier alianza o situación que pueda alterar sus posiciones de privilegio, sin embargo, no hay una sola voz de alguno de sus militantes o simpatizantes que haga una pronunciación un tanto lógica y justificada que desestime a esta alianza ciudadana, pues todos los pertenecientes a ese vejestorio grupo político que arropa en su mayoría a individuos que actualmente ejercen alguna función pública, únicamente levantan la voz cuando están juntos en las calles, en los cruceros, enclaustrados en sus bunkers, en sus mítines o actos de campaña, en los informes maquillados de sus gobernadores, presidentes o demás representantes.

A lo que voy, solamente al sentirse cobijados unos con otros tienen el valor de manifestar su simpatía hacia su mal llamado partido político, lo cual es entendible, pues sería imposible que pudieran defender o justificar abiertamente los innumerables actos de corrupción de su repugnante partido, y no por falta de capacidad de sus militantes, la cual no está a discusión, sino porque no hay argumentación válida que pueda excusar su actuar a lo largo de la historia, simple y sencillamente no la hay.

Comprendiendo lo anterior, mi verdadera preocupación va enfatizada en aquellos pronunciamientos que fuera del PRI y sus cómplices desaprueban la alianza ciudadana en apoyo a Javier Corral, pues he sido testigo de algunas manifestaciones dentro de acción nacional, así como de algunos militantes, líderes nacionales y locales de izquierda que no comparten la idea de formar un bloque que le haga frente al PRI en estas elecciones estatales.

Estoy de acuerdo en que la cúpula panista conservadora y traicionera de Felipe Calderón, Vicente Fox, Rafael Moreno Valle, Ricardo Anaya Cortez y algunos de sus dirigentes nacionales pasados, así como de la mayoría de sus senadores, diputados y gobernadores entre muchos, pero muchos más, representan el tronco torcido del blanquiazul, por lo que establecer una alianza con todo ese séquito de pseudo panistas que han lacerado al país sería una clara incongruencia, sin embargo, también hay que reconocer que dentro del PAN hay honrosas y numerables excepciones, como Javier Corral Jurado, quien legítimamente cuenta con la autoridad moral para encabezar un movimiento de unidad de estas magnitudes, que bien podría replicarse en otras entidades.

En cuanto a estos bloques se refiere, dos son los puntos medulares que considero deben ser tomados en cuenta para poder autentificar y apoyar este tipo de alianzas: un análisis real de la situación de preferencia electoral y quien o quienes abanderarían al movimiento.

Para la primera de ellas, es indudable que la maquinaria electoral priísta esta mas que aceitada y lista para entrar en funciones en épocas de elecciones, por lo que el voto duro y casi generalizado de todos sus militantes es una garantía, además de que es un hecho, lamentable pero al fin una realidad, que el PRI sigue siendo la primer fuerza política en el estado y en el país, por lo que es un tanto difícil que un solo partido pueda hacerle frente en las próximas elecciones, por esto es más que necesario que los inconformes, los que estamos hartos de las atrocidades del priísmo, tengamos en claro que aliándonos, cerrando filas hacia un solo candidato con aspiraciones reales y no dividiendo el voto, es la única alternativa para destronar del poder al partido que nos ha humillado durante años.

Y, segundo, el hombre que debiera tener esa responsabilidad bajo sus hombros tiene que ser un hombre congruente, con una historia en el servicio público que lo respalde como un político íntegro y de mano dura ante las tentaciones del poder, y no solo eso, sino alguien con la capacidad de unificar los liderazgos más representativos no solo del estado, sino del país, por lo que para beneplácito de muchos y molestia de algunos, quien ha logrado todo esto es el ex senador Javier Corral Jurado, cabe destacar que tal aseveración no es únicamente por admiración o convicción de un servidor, sino por la trayectoria y los hechos que lo avalan y ratifican como el hombre más capaz hasta este momento de abanderar esta alianza.

Las cartas ya están sobre la mesa, la partida ya está en curso y el escenario es difícil pero esperanzador a la vez, por lo que todo se sintetiza en el título de este texto, cohesión de fuerzas, única opción.

*Maestro en Derecho Financiero, Trabajador de la industria de exportación y catedrático universitario.

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