COBACH: la cárcel que cancela los derechos humanos.

COBACH: la cárcel que cancela los derechos humanos. 4 de mayo de 2019

Mariela Castro Flores

Chihuahua, Chih.

Previo a las vacaciones de Semana Santa se generó una controversia en la que se incluyó a la toda la comunidad estudiantil del Colegio de Bachilleres de Chihuahua, medios de comunicación y población en general: varios jóvenes se manifestaron a las afueras del plantel porque les negaron el acceso a las instalaciones por, según personal de la misma institución, no tener el corte de cabello reglamentario.

El problema no fue que no lo tuvieran, el asunto fue no tenerlo al criterio de la persona que cuida la puerta respaldada por las autoridades del Colegio. El alumnado, un par de días después se fue a disfrutar de su receso vacacional; sin embargo, el tema persistió generando una álgida polémica donde nos enfrentamos a un espejo que nos trajo como reflejo los peores vicios de la sociedad.

Las opiniones expresaban que de permitírseles a los jóvenes decidir sobre su apariencia la anarquía gobernaría al mundo, que el caos y la violencia reinarían en nuestra sociedad; vaticinaban pandemias de piojos (como si los piojos distinguieran por género), “degenere” y que los planteles escolares se convertirían en antros de vicio y perdición; en serio, así, en esos términos la discusión precisamente cuando creíamos desde nuestro cómodo espacio clasemediero que ese tipo de prejuicios y fobias ya estaban superadas.

El Reglamento Interior para el Alumnado del Colegio de Bachilleres del Estado de Chihuahua ya es controversial (por discriminatorio por razones género) de por sí. Lo es porque no debería tener reglas que se apliquen de forma diferenciada; el reglamento en su Artículo 29, dice: “El alumno/alumna asistirá debidamente uniformado, teniendo especial cuidado en su higiene personal. Uniforme diario consistente en playera según modelo que indique el plantel (fajada), pantalón, cinto, zapatos cerrados negros, calceta o calcetín y cabello corto en varones…” es la única mención en la que se hace referencia al pelo y en su escueta redacción no menciona que el largo deba ser “dos dedos” (tomando en cuenta que “dedo” es una medida subjetiva que no se apega a ningún criterio técnico, usada antaño para establecer aproximaciones); es decir, el COBACH está prohibiendo la entrada a alumnos varones basándose en exigencias inexistentes en su propia normativa.

“¡PERO ES QUE SON LAS REGLAS, SI NO LES GUSTA QUE SE VAYAN!”

En efecto; las reglas hay que respetarlas, pero ¿cuáles reglas? Los reglamentos escolares –al ser un contrato entre particulares– se tienen que ajustar a lo que diga la Constitución en materia de derechos y no al revés. Cuando padres y madres de familia firman el reglamento, es irrelevante, porque tratándose de un derecho irrenunciable, al menos esa parte del reglamento es inválida.

Si alguien firmara en términos de esclavitud un contrato de servidumbre en el cual una persona se sometiera a otra, a pesar de celebrarse entre personas adultas en plenas facultades este sería inválido porque el derecho a la libertad y la prohibición de la esclavitud se encuentran plasmados en constitución.

“Las reglas hay que cumplirlas”. Vaya, pues ese argumento implica ignorancia grave en materia de leyes y derechos. Lo que las personas que reconocemos que las y los jóvenes tienen derechos humanos estamos haciendo es, justamente, exigir el cumplimiento de las reglas.

LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES SON IRRENUNCIABLES

Otra de las realidades que este debate nos ha colocado de frente es presenciar la poca cultura jurídica que como sociedad poseemos y el casi nulo interés por aprender. Este es el ejemplo perfecto puesto que las reglas que se aplican de modo diferenciado por cualquier causa o condición, son discriminatorias.

Las normas mexicanas tienen una prelación, o sea, un orden vertical que colocan en el pináculo legal a la Carta Magna (que mandata que cualquier reglamento, ley ú ordenamiento se armonice de acuerdo al orden constitucional) luego, los Tratados Internacionales que nuestro país ha suscrito, vienen las Leyes Generales seguidas de las leyes específicas y estatales, luego los reglamentos de ley y finalmente los acuerdos entre privados. El reglamento del Colegio de Bachilleres en ese estricto orden, se encuentra al final de la cadena.

La Ley Estatal de Educación en su Artículo 3, dice: “En el Estado de Chihuahua, toda persona tiene derecho a recibir educación sin discriminación alguna, por motivos de raza, género, lengua, ideología, necesidades educativas especiales asociadas o no a discapacidad, estado de gravidez o cualquiera otra condición personal, social o económica, por lo tanto, las mismas oportunidades de acceso al Sistema Educativo…” aquí cabe preguntarse ¿por qué las autoridades del Bachilleres se permiten violar la ley con tanta impunidad?

ADULTOCENTRISMO

“Si dejamos que traigan el pelo largo, luego ¿qué va a seguir mañana? ¿qué no vayan a la escuela porque se atenta contra su voluntad?”, “Si se acepta esto, luego ellos van a querer mandar”, “si poco les falta para que se les trepen a los maestros, porque en su casa ya sus papás son sus criados”, “al rato, ¿qué? ¿van a ir en minifalda a la escuela?”, “pinches lepes, si poco les falta…” y así, sucesivamente. Hay muchas más pero solo estas dan un norte de la forma en que la gente supuestamente está “argumentando”. Tampoco se puede dejar pasar el tono violento de las expresiones.

El problema de estas supuestas “analogías” es que todas son una falacia. Se pretende colocar a las madres y padres que, si respetan la integridad de sus hijos e hijas como responsables de proponer un mundo sin reglas motivados por caprichos de “mocosos ingobernables”, promoviendo la falsa idea de que como hoy no quieren cortarse el pelo, mañana serán delincuentes.

LA PROPUESTA NO ES UN MUNDO SIN REGLAS, ES QUE LAS REGLAS SE APEGUEN A LOS DERECHOS HUMANOS.

Muchas personas en redes sociales preguntan ¿qué pasaría si vivimos en apego a las reglas? ...le cambio la pregunta: Si a los jóvenes se les enseña que la Constitución no se respeta ¿qué pasaría? ¿qué nos espera?

No podemos seguir considerando que los derechos humanos son un accesorio discursivo que no tiene implicaciones directas en todos los aspectos de nuestra vida, básicamente, porque nos defienden de absolutamente todo, hasta de escuelas públicas que dependen del gobierno estatal que violentan el derecho de los jóvenes a la educación.

En Chihuahua ya el mismo gobernador y su secretaría de comunicación social violentan el derecho de libertad de expresión de periodistas, ¿un derecho violentado más Javier Corral?

Este caso nos da la magnífica posibilidad de revisar cuántas otras normas aceptamos como válidas cuando realmente y de acuerdo al marco legal, no lo son.

Las y los jóvenes son personas con criterio propio, con derechos que pueden ejercer sin tutelaje por estar en la construcción de su autonomía, ya es tiempo que discutamos cómo es que se les está violentando su derecho a la educación, su principio de autonomía de la voluntad, sus derechos fundamentales de igualdad y de no discriminación y derecho al libre desarrollo de la personalidad.

(Aplica a todo el alumnado de nivel medio superior).

marielacastroflores.blogspot.com

@MarieLouSalomé

Mariela Castro Flores

Politóloga y analista política especialistas en género y derechos humanos.