Chihuahua, Chih.
La presidenta electa de México para el periodo 2024-2030, iniciará su gestión presidencial con una economía debilitada por la incertidumbre de inversionistas empresarios nacionales y extranjeros
La economía mexicana ha estado perdiendo fuerza y el crecimiento que se previó de 2.5 a 3.5% para el cierre de 2024, según estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en los Criterios de Política Económica, la será menor a lo previsto.
La información de diversos analistas que han hecho sus propios pronósticos como los de la banca comercial entre ellos Citi Banamex, de empresas calificadoras financieras internacionales como Moody's y Standard & Poor's y del propio Banco de México, apuntan a que la economía mexicana podría alcanzar una tasa de crecimiento del PIB de 1.6 a 2% al cierre de 2024.
Los datos que recién dio a conocer la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), muestran que en 2024, México registrará una desaceleración de 1.4% en el PIB. Estados Unidos en cambio, alcanzará un crecimiento de 2.6%, que aunque es un poco más alto de la economía mexicana, también es indicativo que la economía norteamericana no entrará en una recesión.
Lo anterior indica que, para el caso de México, el ciclo del crecimiento de la actividad económica, tal como se venía presentando en 2023, está haciendo una pausa, debido primero, al proceso electoral para elegir al nuevo presidente de México y, segundo, por una baja en la inversión tanto pública como privada por la incertidumbre que generó las reformas que propuso el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador.
Entre las causas prevalecientes destaca que en lo que va de este 2024, la inversión pública, afectada por recortes al gasto público para disminuir el déficit fiscal, no ha fluido en volumen como lo fue en 2023, en cierta forma porque ahora lo que está haciendo el gobierno federal, es procurar terminar los proyectos que iniciaron en la administración del presidente López Obrador, y prácticamente no arrancó o no iniciaron nuevos proyectos, de modo que la inversión pública se ha contraído comparada con años anteriores.
La inversión privada del capital nacional, también se ha mantenido con cierta cautela e incertidumbre, principalmente porque el sector empresarial como la COPARMEX, quién a través de su presidente, ha manifestado su rechazo a la mayoría legislativa en el Congreso de la Unión, que da ventaja al partido del gobierno y a sus aliados para aprobar las reformas promovidas por López Obrador antes de irse, pero que generaron movilizaciones en todo el país, como es el caso del paro laboral de magistrados, ministros, jueces y el resto del personal por la reforma al Poder Judicial.
Estos factores que hemos descrito anteriormente han impactado en el debilitamiento del dinamismo de la economía y, la baja en la tendencia, nos lo muestra el indicador adelantado de crecimiento del PIB para el segundo trimestre (abril a junio) de 2024 que, según el INEGI, se situó en el 0.9% inter trimestral, por debajo del 1.1% inter trimestral del primero (enero-marzo).
Con esta cifra, México lleva tres trimestres consecutivos creciendo por debajo de la tendencia, a pesar de que el crecimiento de Estados Unidos en el segundo trimestre fue mayor de lo previsto.
La fuerte interrelación que existe entre la economía de nuestros vecinos del norte con la nuestra, puede reactivar el ritmo del crecimiento económico del lado mexicano.
Sin embargo, por sí sola la economía mexicana no va a despegar.
La presidenta Claudia Sheinbaum tiene ese enorme reto de superar el ciclo recesivo con el que arranca por tradición el nuevo gobierno presidencial, como el de López Obrador que inició su primer año de gobierno con una caída de -0.2%, en la actividad económica.
La nueva presidenta de México debe ganar la confianza del capital nacional y extranjero para que sigan invirtiendo en nuestro país, pues es necesario que las empresas tengan certeza jurídica en su operación y en la apertura de nuevas inversiones.
La reforma al Poder Judicial, en lugar de generar temor, debe propiciar confianza a todo el sector privado, micro, mediano y de grandes empresas. Debe dar certidumbre y confianza al capital transnacional para consolidar.
De otra manera, el gobierno de Claudia Sheinbaum dejará ir las grandes inversiones que, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía, desde enero del 2023 se ha registrado el interés de 570 empresas transnacionales de inversión extranjera directa (IED) en México por 170,644 millones de dólares a México.
De materializarse dichas inversiones, la economía retomará su crecimiento con mejor desarrollo y bienestar por las oportunidades de empleo que puede generar.
Nada menos, en esta misma semana funcionarios de la empresa Helax, quienes desarrollan un proyecto de hidrógeno verde, se reunieron con Claudia Sheinbaum para anunciarle que realizarán una inversión de 10 mil millones de dólares, como parte de los polos de bienestar en el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec.
Ojalá que, en lugar de incertidumbre y desconfianza, la nueva presidenta nos muestre un panorama de optimismo y de mayor crecimiento de la economía.