Ciudad Juárez entre el Covid y las balas

Ciudad Juárez entre el Covid y las balas 4 de mayo de 2020

Ethan Tejón Herrera

Chihuahua, Chih.

"En Juárez es más probable caer muerto por una bala que por un virus".— Carlos Murillo, abogado y analista chihuahuense.

No hay quién nos pueda salvar, el Estado es omiso, las autoridades están demasiado preocupadas en combatir los efectos de la pandemia y la misma ciudadanía es presa de la desinformación y de la falta de altruismo y concientización social.

Sumado a este listado, se encuentra la impunidad de la que gozan los grupos de la delincuencia organizada en la urbe industrial fronteriza, en el estado y en nuestro país.

Escribo estas líneas desde Ciudad Juárez, aquejado al conocer de antemano de que nuestra ciudad lamentablemente se convirtió en el principal foco de infección en la entidad,  derivado de un brote infeccioso suscitado en su mayoría dentro de los muros de la industria de la manufactura en la frontera.

Los primeros casos en esta ciudad se reportaron en jóvenes que habían viajado a destinos tales como Estados Unidos y Europa, para después propagarse de la mano de ingenieros y trabajadores de la industria maquiladora que pasaron a contagiar a los obreros de las plantas industriales en las que laboraban, cómo resultado de viajes de negocios o de promoción en destinos fuera del país.

El primer caso de contagio comunitario ocurrió dentro de la compañía de manufactura Lear Corporation Río Bravo, mientras tanto el pasado sábado 11 de marzo, el IMSS había anunciado que de los 14 fallecimientos ocurridos aquel día, 8 correspondían a empleados de las compañías manufactureras. 

El contagio dentro de las plantas industriales, ocurrió principalmente por la aglomeración  dentro de las líneas de producción, donde pueden llegar a permanecer de pie un estimado de entre 6 a 30 empleados por hilera en la línea de montaje.

O a su vez, por la falta de aislamiento social dentro de los comedores industriales, donde los obreros comparten y disfrutan de sus alimentos, sin las medidas adecuadas de distanciamiento social.

Estás causas suceden acorde a la falta de gestión y prevención de las autoridades encargadas del funcionamiento de las plantas y procesadoras industriales.

Los obreros juarenses se encuentran desprotegidos mientras tanto varias plantas han rechazado suspender operaciones, pagar sueldos completos o prestaciones de ley correspondientes, causando huelgas, quejas y luchas sindicales en esta frontera.

A estos casos se suman los recientes fallecimientos de 6 empleados de Syncreon Borderland, como también las acusaciones por parte de obreros a Flextronics Manufacturings por ocultar el brote al menos desde hace un mes y las condiciones actuales de Foxconn Techonology, compañía que continúa operando normalmente ignorando las circunstancias actuales.

No cabe ni la menor duda que la situación laboral actual atenta contra la salud, la integridad y los derechos de los obreros fronterizos.

Sumada a estos dramáticos ejemplos, se encuentra la espiral de violencia que continúa aquejando a la entidad y a Ciudad Juárez.

No existe siquiera indicio alguno que la actual pandemia vaya a cambiar la situación de violencia desbordada actualmente, no hay ninguna "Pax (paz) coronavírica" como diría Ignacio Ramonet en su escrito "La Pandemia y el sistema-mundo", (25/04/20).

Las cifras son demoledoras, la violencia continúa escalando mientras los médicos forenses se encuentran combatiendo en dos frentes (la pandemia y la violencia en las calles).

Tan solo en abril del año en curso tuvieron lugar 271 homicidios, según datos proporcionados por la Fiscalía General del Estado, un aumento gradual comparado a cifras ocurridas hace casi una década atrás.

El Diario de Juárez públicó un editorial en su sección dominical de análisis titulado "Abril de plomo tan dañino como el Covid-19", (03/05/20).

Nunca quedó mejor la frase "estábamos mejor cuando estábamos peor", que refleja de la mejor manera el sentir actual de la sociedad chihuahuense.

Los tiempos de la administración corralista han sido duros. En comparación de otras administraciones la violencia se ha desatado como si se tratara de un incendio forestal. En tan solo cuatro años la administración estatal en curso ha acumulado más de 8,200 asesinatos.

Los chihuahuenses nos sentimos completamente desprotegidos  y angustiados sin que nadie pueda hacer algo por impedirlo.

Estamos en un fuego cruzado entre resultar infectados con el nuevo coronavirus o fallecer a causa de las balas de la delincuencia organizada.

Está es nuestra lucha diaria, nuestra zona de guerra.