Chihuahua, Chih.
Asoman en distintos espacios del poder las profundas contradicciones de Morena, luego de su arribo al poder. De no procesarlas adecuadamente crecerán los obstáculos para el logro de las ambiciosas metas planteadas por el presidente López Obrador.
Son varios los frentes, el más llamativo, por la eterna lucha por el poder, es el que se genera, precisamente por ello; pero hay otro, acaso más importante, porque es el que se refiere al ejercicio del poder, en el que operadores del gobierno, de distinta ideología y más diversa práctica, chocarán inevitablemente al momento de poner en marcha los distintos programas gubernamentales, o en la reforma de las instituciones.
Mientras continúa el escándalo generado por una errónea manera de hacer las designaciones de nuevos funcionarios y empleados en la nómina del gobierno federal en Chihuahua, que apunta al nepotismo, o por lo menos a la existencia de conflictos de interés, de auténtico choque con la ética política; se suma la sorpresiva renuncia de la Coordinadora del Registro Agrario Nacional, Magda Rubio; mientras que en el segundo aspecto, el de operadores con un origen político, no sólo distinto, sino hasta contrario al del presidente López Obrador, como lo es el caso de Germán Martínez Cázares, quien renunció a la dirección del IMSS, confirma que no se puede gobernar con un equipo que no comparta la misma visión.
Lo paradójico de la renuncia del director del IMSS es que sus argumentos se basan en acusar a los funcionarios de Hacienda de tratar de imponer, aun más, en esa institución, medidas y prácticas “neoliberales”.
Po’s ora sí no entendí ¿Quiere decir que esa visión, la de las recetas neoliberales, no se fue de la Secretaría de Hacienda?
Bueno, pues esa es la denuncia de Martínez Cázares.
Para Ripley!