Chihuahua, Chih.

Ciudad Juárez, Chih.-El reciente resurgimiento de la violencia en nuestro estado, es un síntoma de la descomposición social y de la urgencia de que las autoridades hagan algo por detenerla.

No han bastado los operativos, la vigilancia terrestre y aérea, así como el traslado de las oficinas de la SSPE; así como el arranque de la llamada Plataforma Centinela para combatir a los grupos delictivos y reducir la tasa de homicidios y de violencia en nuestra entidad.

Hechos trágicos como el multihomicidio en un restaurante, cometido a plena luz del día mientras comensales se encontraban en un sector conocido como seguro en Ciudad Juárez.

Así como el asesinato de dos curas, y de un hombre buscado por un grupo delictivo en la Sierra Tarahumara han conmocionado a la opinión pública e incluso nacional ( e internacional en el caso del homicidio de los dos párrocos).

Por lo tanto, no cabe duda de que la inseguridad es la principal preocupación de la población chihuahuense, muy por encima de la recesión económica, la pandemia y los estragos económicos a nivel planetario causados por el conflicto bélico en Ucrania.

Por lo tanto, es primordial no solo atender las causas sociales que lo detonan; sino además combatir al crimen con estrategia, planeación, inteligencia, recursos y cooperación entre los tres niveles de gobierno.

Los chihuahuenses merecemos vivir en paz. El crimen organizado no puede continuar atrincherando a a la ciudadanía, mientras su poder supera con creces la capacidad del Estado por hacerle frente.

Los días oscuros de los comienzos de la guerra contra el narcotráfico, comienzan a asemejarse a la nueva realidad en materia de seguridad pública a nivel nacional; donde los resultados son mediocres por no decir más.

Seguridad, es la principal preocupación de los mexicanos. Y la corrupción queda en segundo lugar; al contrario de lo que se afirma en la narrativa presidencial.

Los ciudadanos no podemos esperar más por ver resultados materializados. Las cifras son de terror; al menos 91 personas son asesinadas cada día en nuestro país, y la mayoría de los casos quedan en la impunidad (99% de los mismos).

Esa es nuestra trágica realidad nacional.

*Colombia: Gustavo Petro, el candidato de izquierdas gobernará en Colombia, después de una larga tradición de líderes políticos de derecha y centroderecha.

Latinoamérica parece volcarse en masa hacia la izquierda, en un intento por quizá “corregir” los vicios de la política tradicional, pero los mismos aparecen en todos los colores e ideologías partidistas.

El virtual presidente electo busca realizar cambios sociales, económicos y políticos a gran escala en su nación, ojalá el cambio por el cual votaron los colombianos sea posible en medio de tanta decepción de los políticos de antaño y del destierro del uribismo en aquella nación.

Solo el tiempo lo dirá. Su discurso parece ser moderado y ha prometido “unir” al pueblo colombiano. Ojalá así sea.