Chihuahua, Chih.

Ciudad Juárez, Chih.-Rafael Caro Quintero, antes de su captura se había convertido en un paria. Un rezagado social por las estructuras delictivas y un blanco prioritario para las agencias de seguridad y de Gobierno en ambos lados de la frontera.

El otrora fundador del entonces Cártel de Guadalajara, había perdido influencia y poder tras su salida de prisión en 2013 tras una falla en el expediente judicial.

Una vez girada una orden de aprehensión nuevamente, Caro Quintero se encontraba en el norte del país. Se encontraba comerciando mariguana y no en grandes cantidades.

Además afirmó en una entrevista antes de su captura, que tenía planeado retirarse de su empresa criminal.

No obstante, Quintero volvió a las andadas y se comprobó que ayudó a formar una estructura criminal en Sonora llamada “Cártel de Caborca”. 

A pesar de las dudas que rodean al multihomicidio de la familia LeBarón, se le imputó al Cártel de Caborca aliado con el brazo armado del Cártel de Juárez (llamado comúnmente como “La Línea”) de ser los responsables de la masacre de mujeres y niños en el poblado de La Mora en un intento por “calentar la plaza”.

El fin de semana pasado fue capturado en Choix, municipio limítrofe entre Sinaloa y Chihuahua por elementos de la Semar.

Además de la captura, lo que llamó el foco de atención nacional fue la caída de una aeronave naval en la cual fallecieron 14 marinos.

Las especulaciones no tardaron en echarse a andar, y la Semar se apresuró a realizar un estudio pericial, en el cual determinó que el helicóptero oficial no había sido blanco de un ataque por parte del crimen organizado; sino que se había agotado de combustible.

Las dudas aún rodean a la captura y al percance del accidente aéreo. Pero lo que es certero es que Caro Quintero fue una ficha utilizada por el Gobierno mexicano para aplacar la incertidumbre financiera y política de los ojos (y electores) estadounidenses.

No es de sorprender que en la visita del líder del Ejecutivo mexicano a su homólogo estadounidense, se hayan anunciado reaperturas en inversión energética y de tecnología.

Cómo además, la captura de Caro Quintero ha sido vista como un logro en ambos lados de la frontera. Algo que sin duda marcará las tendencias electorales en noviembre en los Estados Unidos.

Tras ser presentado como un duro golpe contra el narcotráfico, sino además de que cientos de estadounidenses se encuentran satisfechos tras considerar que se hizo “justicia” en contra de un líder criminal qué ordenó el asesinato de un agente del orden estadounidense (Enrique ‘Kiki’ Camarena”) e introdujo toneladas de estupefacientes hacia territorio norteamericano.

Una vez obstaculizada su extradición hacia los Estados Unidos por parte de un juez federal, las dudas de lo que continuará no harán más que permear.

Mientras tanto llámese logro, triunfo, simulación o causalidad. La captura de Caro Quintero será aprovechada por la clase política mexicana y estadounidense como un logro propagandístico.

Considero que la captura de uno de los grandes capos del narcotráfico es un hito. Sin embargo no es motivo de celebración, mientras el problema del narcotráfico, la violencia, el crimen y el secuestro del “narco poder”  a las estructuras sociales y de representación popular continúan a plena luz del día.

Washington D.C y Palacio Nacional deben hacer más por atender este problema, y lo más urgente que se pueda.

 Rafael Caro Quintero tras la captura.