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Cambio de enfoque

Cambio de enfoque 1 de enero de 2021

Ethan Tejón Herrera

Chihuahua, Chih.

Si algo aprendí del año pasado fue a cambiar mi enfoque. Afortunadamente nunca estuve solo y tuve a varias personas a mi alrededor que me apoyaron en este año que recién concluye tan atípico y doloroso, lamentablemente no todo el mundo podría decir lo mismo.

Aprendí, me equivoqué y acerté muchas veces, pero el año pasado se sintió distinto. Nunca había aprendido tanto de un año. 

Me llevé varias lecciones que espero continuar aplicando en mi vida, así como también cometí muchos errores que espero no volver a cometer.

Del año pasado no queda más que aprender las lecciones y agradecer los buenos momentos que sucedieron en medio de la tempestad a raíz de los acontecimientos que estremecieron a nuestro mundo.

De todas las lecciones que me lleve del 2020, la que me queda más presente, es que en la vida todos los eventos son neutros; ya que no son ni buenos ni malos, solo depende de la óptica con la que los podemos o queremos ver.

Muchas personas en todo el mundo salieron a culpar al año que se fue de las desgracias que nos ocurrieron; a unos más a otros menos.

Pero yo me digo; la culpa no es del tiempo, si bien es cierto qué hay factores que no dependen de nosotros como tampoco de la naturaleza, el culpar a una línea de tiempo de nuestras desgracias no parece tener mucha lógica.

Una pandemia por ejemplo. En una ocasión tuve oportunidad de leer un artículo de un periodista estadounidense que buscaba rastrear el origen de este mal moderno, no en un laboratorio del gobierno chino o en un animal a simple vista inofensivo, tal como lo es un murciélago.

Si no en los mecanismos de depredación moderna de nuestra especie: la tala desmedida, el consumo excesivo de carne, el tráfico de especies exóticas y el maltrato animal en las granjas pudieron ser factores que contribuyeron a diseminar un microorganismo microscópico pero letal.

 La culpa no es del padre tiempo o de alguna nación que buscará desarrollar un arma biológica, tal como apuntan los personajes más sensacionalistas.

Sino que fue resultado de la conjunción de varios favores, entre ellos la apatía de la especie humana hacia el sufrimiento animal.

2020 fue un año desastroso en más de un sentido, pero también llevó valores solidarios a niveles nunca antes vistos.

Los médicos y parte del personal médico y de limpieza que luchan en contra de un enemigo invisible, no sólo lo hacen por qué sea lo correcto o por qué sea parte de su trabajo o sea su pasión, si no por qué es parte de un instinto primario del ser humano el proteger a los miembros cercanos de su comunidad.

En los momentos más oscuros siempre se puede encontrar algo de humanidad y de bondad.

De lo contrario, imaginemos que toda la gran cantidad de guerras y conflictos armados que han existido a lo largo de la historia ya nos hubieran fulminado o evaporado como especie sobre la faz de la tierra.

Si continuamos respirando es por una razón muy sencilla, tenemos una tendencia autodestructiva pero también creativa y solidaria.

Espero que una vez superados los acontecimientos actuales, el mundo sea un lugar mucho más justo, solidario y equitativo.

Está en nuestras manos el cambiar el final de la historia.

Como individuos necesitamos cambiar nuestro enfoque, aceptar los hechos venideros y transformarlos y cambiarlos para adaptarlos a nuestras condiciones.

Las situaciones que nos acontecen nos moldean y nos convierten ya sea en mejores o peores personas.

Está en nuestras manos el decidir cómo nos afectan las condiciones que no se encuentran al alcance de nuestras manos y el cómo resolverlas y afrontarlas.

En este 2021 deseo de todo corazón que sea nuestro año; un año para todos.

Deseo que sea el año en el que la sociedad se renueve y se reconstruya a sí misma de sus cenizas.

Tal y como lo hicieron nuestros antepasados durante la reconstrucción del mundo después de la Gran Guerra de los años treinta y cuarenta del siglo pasado.

El mundo será un lugar muy diferente una vez superada esta crisis, pero está en nuestras manos cambiarlo para bien (o para mal).

El pasado es lo que es, pasado; el futuro es tan solo un espejismo y el presente es lo único que nos queda.

El presente lo construimos nosotros cada día. 

Que 2021 sea el año en el que tomemos nuevamente las riendas y el miedo de la era Covid se disipe en el aire y solo quede en los registros y en los libros de historia empolvados en los estantes.