¿Cambiará la suerte de México en torno al combate a la corrupción?

Caso Lozoya:

¿Cambiará la suerte de México en torno al combate a la corrupción? 21 de julio de 2020

Hernán Ochoa Tovar

Chihuahua, Chih.

El tristemente célebre caso Odebrecht, es una lamentable exposición de la corrupción gubernamental continental. De México a Argentina, esta empresa, otrora gigante de las construcciones de Brasil, otorgó patrocinios, subvenciones de campañas y tratos preferenciales a funcionarios de todas las ideologías. 

Gran parte de estas naciones se han visto caer a políticos de alto nivel, mientras se desmadejan complicadas tramas de corrupción (por ejemplo, en Ecuador cayó el ex vicepresidente Jorge Gras; mientras, se ha hablado, de un presunto financiamiento a campañas de políticos colombianos, panameños o dominicanos), siendo México y Venezuela de las pocas excepciones del subcontinente, lugares en los cuales, hasta la fecha no hay ningún político castigado o en capilla, no obstante las documentaciones periodísticas que hasta la fecha se han realizado.

No obstante, creo que con la implosión del Caso Lozoya, podría salir a la luz una compleja trama de corrupción, misma que, ya en el pasado, se ha ventilado de manera ocasional. 

Hemos de recordar que, desde el transcurso de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto (2012), rondaba, en su casa de campaña, el fantasma de la corrupción y el conflicto de intereses. Desde entonces se esgrimía que había habido tratos turbios con Monex, y las presuntas ligas de (el hoy detenido y extraditado) Emilio Lozoya, con OHL y Oderbrecht, fueron episodios que siempre gravitaron en torno al grupo compacto que detentó la presidencia durante el sexenio pasado.

Quizás, como en el pasado, Peña Nieto quiso mezclar la política con los negocios, y darle a ello un barniz cínico y constitucional. 

Empero, cuando el muladar comenzó a desbordarse, Lozoya fue el sacrificado, y pasó de lo más alto del pedestal (era visto como una especie de niño prodigio del Foro Económico Mundial), a la proscripción y al ostracismo. De nada le sirvió haber pertenecido a una familia de prosapia priista. 

A partir de entonces, el régimen, del cual había sido criatura, rezongaba de él, quitándole, incluso, los distingos de la militancia; aunque, tal vez, no la consabida impunidad con la cual se manejaba el viejo régimen, pues su caso se mantuvo sin avances hasta que terminó el sexenio de Peña Nieto (2018), y un eventual interés de Santiago Nieto (hoy titular de la UIF) en desgranar las presuntas operaciones del ex director de PEMEX, con fines electorales, llevó a que Nieto cayera de su encargo, con tal de que el caso Lozoya permaneciese intocado. 

Al día de hoy, las cosas parecen haber cambiado. 

Aunque, al calor de la transición, algunos analistas hablaban de un posible pacto entre el gobierno entrante y el saliente, los acontecimientos recientes nos sugieren que el estado de las cosas precedente, se ha modificado con crudeza. 

Luego de presuntos acuerdos entre la Fiscalía de Gertz Manero, y la defensoría de Emilio Lozoya (encabezada por el ex juez español, Baltasar Garzón), el ex director de la paraestatal aceptó ser trasladado a México y enfrentar su proceso judicial en suelo nacional. 

De acuerdo a lo que se ha llegado a escuchar, a través de sendos artículos y declaraciones presidenciales, Lozoya Austin estaría dispuesto (en aras de recibir mejores condiciones en su proceso) de brindar todas las pruebas de corrupción que, presuntamente, tuvieron asidero en la flamante Reforma Energética del peñanietismo. 

De ahí saldría una lista de actores, primarios y secundarios, quienes se tornaron en beneficiarios, directos o indirectos, de pagos autorizados desde el gobierno federal, con el objetivo de lograr la consagración de una de las obras máximas del sexenio pasado. 

Diversos nombres ya han sonado, tanto de ex integrantes del gabinete pasado, como de la oposición, siendo el de Luis Videgaray (Secretario de Hacienda y Canciller durante el gobierno de Peña Nieto) uno de los que más se han reiterado en la comentocracia nacional, y uno sobre los cuales, se barajan las apuestas acerca de si sería eventualmente juzgado por el Poder Judicial de la Nación (ello, en caso de que se abrieran carpetas de investigación, pues a decir de Dolia Estévez en sinembargo.mx, en la actualidad, aún no se le requiere). 

Por lo pronto, la víspera del día de hoy, el periodista Carlos Pozos (Lord Molécula) leyó, en su jocosa y habitual intervención matinal, una lista de senadores (de diversos partidos) quienes aprobaron la consabida enmienda energética que le otorgó modernización a Petróleos Mexicanos. 

Con esta información se tendría un punto de partida muy interesante, pues, si recordamos, ya en aquellos tiempos, el hoy coordinador de los senadores de MORENA, Ricardo Monreal (entonces diputado), acusó que diversos legisladores habrían, presuntamente, recibido recursos extemporáneos e irregulares por parte del gobierno de la República, mostrando, como prueba de ello, un cheque enviado por la Tesorería de la Federación a los congresistas, mismo que fue publicado en el periódico La Jornada. 

Con el Caso Lozoya, el gobierno de la 4T tiene una oportunidad de oro de cumplir una de sus principales promesas de campaña, y uno de los slogans torales esgrimidos por el Presidente López Obrador: el combate a la corrupción. 

Esperemos lleguen hasta las últimas consecuencias, y no se vuelva un caso más de revanchismo político, como algunos de los que se han presentado en el pasado. 

La FGR de Gertz Manero parece querer actuar bien, más allá de veleidades políticas. 

Ojalá, por el bien de todos, que así sea. 

Es mi humilde considerando.

Hernán Ochoa Tovar

Maestro en Historia, analista político.