Chihuahua, Chih.
“Banksy idea su arte para que se exponga al aire libre, en las calles de
decenas de ciudades del mundo, sin tener que pagar por verlo”: Ana Marcos en El País, (02/12/2020).
Hace algunos años conocí por medio de mi hermana y de su pasión por el medio artístico, los primeros trabajos que realizó (o realizaron como colectivo), el afamado y criticado artista urbano de origen británico Banksy.
En tales trabajos expuestos al aire libre o en espacios urbanos, recuerdo pequeñas, medianas y enormes obras realizadas con diversos materiales y colocadas en distintos puntos alrededor del mundo, aquellas eran obras polémicas y enternecedoras repletas de congruencia y de significado político y social que criticaban al sistema económico, cultural y político que nos rige hasta nuestros días; sin embargo el propósito y el significado original del artista al haber realizado dichos trabajos artísticos, ha perdido su esencia y expresión genuinas como producto de una monetización exacerbada gracias a nuestra sociedad de consumo, que convierte cualquier bien, producto o servicio en un objeto con un significado monetario más que poético, cultural o artístico, alienándolo de los principios o valores que se basaron en su concepción original, dígase verdad, belleza o justicia.
Este martes leí una nota publicada en El País que capturó mi interés, misma en donde la periodista española Ana Marcos se pregunta: “¿Ha sido Banksy fagocitado por el sistema?”, (02/12/2020).
El artículo de Marcos se cuestiona el marco ético y legal de una sala expositora en la capital española, tras el haber exhibido poco más de 70 obras, autoría del desconocido autor británico, cuya propiedad es de otras galerías y casas expositoras, así como también de coleccionistas privados.
Sin embargo, aquella exposición no fue ni planeada, ni autorizada por el artista urbano, como tampoco su costo de 16.50 euros por persona por visitar la exposición titulada “Banksy. The Street is a Canvas”. (Banksy. La calle es un lienzo”.
Esta polémica exhibición ubicada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, corresponde a una pérdida total del propósito original del imaginario de Banksy, el cuál era crear obras plasmadas en espacios públicos sin fines de monetización o de lucro.
Tal ejemplo queda perfectamente simplificado tras la subasta de una obra famosa del autor que se destruyó a sí misma (al menos parcialmente), gracias a un mecanismo oculto en el marco de la obra titulada “Niña con globo”, al momento de ser vendida por más de un millón de euros en el año de 2018.
Una de las “joyas” de la exposición es una obra titulada “Ángel Caído”, misma que se encontraba ubicada en el mismísimo Puente de Londres y cuyo valor asciende a los 3.3 millones de euros, sin embargo fue retirada (al igual que otras obras) de su lugar original sin el consentimiento expreso del autor.
Resulta sumamente irónico que el arte de Banksy, el cual tiende a ser satírico, sarcástico y políticamente incorrecto, así como sumamente crítico del sistema capitalista actual, tenga una legión entera de seguidores, de coleccionistas privados y de galerías de arte adquiriendo su contenido y monetizándolo hasta el punto de exprimir hasta la última gota de simbolismo y de profundidad contenido.