Chihuahua, Chih.
Una materia no aprueban las élites dirigentes de Morena (y con ellas una buena cantidad de los militantes): Las concepciones democráticas.
No es la única materia no asimilada por una buena cantidad de los integrantes del partido en el gobierno, también es el escaso apego a la legalidad y el respeto a la tolerancia.
Si López Obrador y Morena desean construir un legado para la posterioridad, no será el combate a la corrupción, sino la construcción de un régimen democrático, tal y como lo debiera hacer un partido de la izquierda democrática del mundo moderno.
Lo que el país entero ha observado en los últimos días es una verdadera tragedia.
Dirigentes morenistas, provenientes de todos los orígenes e historias partidarias pasadas coinciden en una cosa verdaderamente absurda: Creer, o hacernos creer, que una encuesta es un mecanismo democrático para elegir lo que sea.
Dejemos asentado que la decisión del Tribunal Electoral de ordenarle a Morena que eligiera a sus dirigentes mediante una encuesta es una monumental ilegalidad, pero el máximo tribunal electoral eso resolvió y los participantes aceptaron las reglas.
Una de ellas, elemental, dada la naturaleza del ejercicio demoscópico, es la de que en caso de que se presentara lo que se llama en esa área, empate técnico, se realizaría una nueva encuesta, pero ahora solamente con los que hubiesen quedado en 1o y 2o lugar.
Pero resulta que Porfirio Muñoz Ledo, que superó por unas centésimas en el promedio de las encuestas a Mario Delgado, se declaró ganador, y con su pronunciamiento, miles de seguidores clamaron que se opondrían al fraude que realizarían los organismos electorales, porque habían derrotado al candidato del “dinero”.
¿En qué cabeza pueden anidarse tales concepciones? ¿Y aún peor, llamar a la movilización para hacer valer tan insignificante diferencia de un ejercicio demoscópico?
Quizá lo que está ocurriendo es que, fruto de la falta de cultura democrática, la mayoría de los militantes de Morena SÍ SE CREEN que las encuestas SON UN EJERCICIO DEMOCRATICO y, exultantes, las difunden masivamente cuando favorecen al presidente, o exponen ventajas de su partido en las preferencias rumbo a las elecciones del 2021.
Y difunden todas, a pesar de que la mayoría solo sean sondeos efectuados por portales digitales, con mayores o menores concurrencias, o que cuando son contrarias a sus preferencias, como lo hace el presidente López Obrador, las ignoran, las desestiman o las critican acremente.
Todas las encuestas establecen que si hay diferencias menores al margen de error, no se puede establecer una tendencia válida, en los casos de la medición de preferencias electorales, o como es el caso, de las preferencias para designar dirigentes de un partido político.
El espectáculo que han ofrecido en los días recientes es para avergonzar a quienes han luchado consecuentemente por hacer de México un país democrático, con la existencia de instituciones basadas en esa cultura y de una profunda y sólida existencia de organismos de la sociedad civil.
Y a eso no está contribuyendo Morena en los días que vivimos, al contrario.
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