Chihuahua, Chih.
Ciudad Juárez, Chih.-En los primeros días de 2022, volvió a sonar en la prensa internacional el nombre del famoso ciber activista, periodista y fundador de la plataforma WikiLeaks: Julian Assange.
Los presuntos delitos impuestos a su persona van desde la filtración de miles de documentos con información clasificada perteneciente a los gobiernos de diversos países del orbe, así como amenazas a la seguridad nacional y espionaje, entre otros.
Assange, quién se encontraba refugiado en la embajada de Ecuador en Reino Unido hasta finales del régimen del expresidente Correa, fue arrestado y procesado en una prisión de máxima seguridad ubicada en los alrededores de Londres, y ahora se encuentra a la espera de su extradición con rumbo a los Estados Unidos.
No obstante, considero al igual que quizá varios centenares de personas que han seguido el proceso legal con detenimiento, que quizá Assange corra riesgo de muerte si es extraditado hacia nuestro país vecino.
El estado depresivo y mental del Sr Assange se ha mostrado deteriorado e inclusive su extradición había sido pospuesta por temor a autolesiones o en su defecto suicidio o tortura.
Además cabe recordar que la política exterior estadounidense se ha mostrado al menos desde la década pasada, en extremo hostil hacia uno de sus mayores “dolores de cabeza”, al menos desde las filtraciones de cientos de documentos clasificados del Pentágono que hacían referencia a la Guerra de Vietnam en 1971.
No obstante, entre la polémica internacional. México se ha hecho de un espacio en ella al ofrecer asilo al fundador de WikiLeaks.
El tema salió a relucir recientemente durante la primera conferencia matutina del año en Palacio. En la cual el mandatario recordó su injerencia con el entonces Presidente Trump para permitir un salvoconducto al periodista.
A lo cuál, la pregunta que se hicieron cientos de periodistas mexicanos e inclusive extranjeros es, ¿acaso México no se muestra cómo “candil de la calle” al calumniar a la prensa nacional e internacional a diario, mientras se muestra en el extranjero como un país garante de los derechos de la libertad de información y de expresión al buscar acoger a un periodista perseguido por el poder político internacional?
La pregunta queda en el aire, pero sin duda nuestro país debe reconsiderar su posición y su compromiso hacia las libertades de expresión y de comunicación con hechos y no con palabras.
El Presidente busca darle una “oportunidad” a Assange por ser periodista, pero en los hechos, y no solo en la administración presente, sino durante varias administraciones de todos los colores y partidos ¿A cuantos periodistas no se les ha negado esa oportunidad y cuantas veces han tenido que derramar su sangre para otorgarnos ese derecho a informarnos y expresarnos?
La cabeza de Assange se encuentra situada en medio de un tablero geopolítico como si se tratara de una ficha de cambio.
A lo cual, no hay duda alguna de que nuestro país al sentir la presión estadounidense, Assange podría ser entregado sin titubeos por parte del régimen político de nuestro país.
O incluso su figura podría ser utilizada para negociar con nuestro vecino país, ya sea para ceder o no en políticas e intereses cruzados entre ambas naciones.
De lo que no hay duda, es de que Assange corre un grave riesgo si es extraditado con rumbo a los Estados Unidos, una nación que lo catalogó en el pasado como “terrorista cibernético” por parte del entonces titular del Ejecutivo estadounidense.
Esperemos que uno de los rostros más conocidos de la democracia moderna no perezca en una prisión o peor aún, termine cautivo hasta el final de sus días.
Mientras tanto una solicitud de asilo por parte de la SRE no haría nada más que maquillar el problema en casa. Hay periodistas sufriendo todos los días como si se tratara de una zona de guerra.
Nuestro país no es el oasis de la libertad de expresión que pretende ser, e incluso lidera en el ranking de naciones con mayores riesgos para ejercer el periodismo, al estar situado en naciones como Siria o Afganistán.
Una verdadera tragedia…