AMLO-Cárdenas: crónica de una ruptura anunciada

AMLO-Cárdenas: crónica de una ruptura anunciada 31 de enero de 2023

Hernán Ochoa Tovar

Chihuahua, Chih.

“El compromiso es un acto, no una palabra”: Jean Paul Sartre. 

La víspera, diversos pensadores y políticos en retiro, tales como Cuauhtémoc Cárdenas, Francisco Labastida, Clara Jusidman, José Narro, Dante Delgado, Patricia Mercado, Julio Frenk, entre otros, presentaron “Mexicolectivo” una especie de unión de intelectuales, empresarios, ex políticos de diversas ideologías, así como personeros de la sociedad civil, de cara al 2024 (año en el que se realizarán las elecciones presidenciales). 

De acuerdo a la narrativa planteada, “Mexicolectivo” parece ser una especie de tercera vía en el polarizado escenario político del México contemporáneo, pues no pretende endosar su apoyo a Morena y aliados (la coalición gobernante); como tampoco busca llevarlo a cabo con “Va por México”, la alianza que aglutina a la vieja oposición y que pretende erigirse en un dique de las iniciativas presidenciales.

Frente a los aplausos o los vilipendios, “Mexicolectivo” busca trascender dicha dinámica tóxica, volviendo al análisis y remontando la polarización por medio de la deliberación, pues, incluso, enarbolan una actitud que ha sido poco comprendida en un México de contrarios: el disenso.

Quizás por ese lado fue que el tres veces candidato presidencial (1988, 1994 y 2000), otrora fundador y líder moral del alicaído PRD, Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, diera su apoyo a la plataforma en mención. 

Sin embargo, esto no dejó contento al Presidente López Obrador, pues, si ya antes habían tenido discrepancias respecto a determinadas temáticas, el día de hoy pareció consumarse la largamente anunciada ruptura, pues, cuando un reportero le preguntó en la mañanera si (el Ing. Cárdenas) era su adversario, el Presidente López Obrador contestó rotundo: “en política sí”, deslizando que, en determinadas circunstancias hay que tomar decisiones y no se valían las medias tintas, llegando a agrupar al histórico líder de la izquierda mexicana dentro de lo que él denominó “conservadurismo moderado”; no sin antes decir que lo seguía respetando mucho, pero ya no compartía –del todo- su ideario ¡Increíble!

Debo decir, una ruptura de este calibre resulta dolorosa a mi juicio, pues ambos fueron compañeros de lucha por un sinnúmero de años. Tanto Cárdenas como AMLO formaron parte del PRI hasta la década de 1980, cuando, ante el advenimiento de la corriente neoliberal como preponderante dentro del instituto revolucionario, decidieron desertar y formar una nueva opción política. 

Aunque existe el debate acerca de las fechas en las cuales el Presidente López Obrador se alejó del PRI y se acercó al naciente PRD, lo cierto es que ambos fueron fundadores del sol azteca. Y dieron una brega en tiempos semejantes: cuando Cárdenas era el líder nacional del sol azteca (1989-1993), AMLO se tornaba en el primer Presidente estatal del PRD en Tabasco. 

Asimismo, cuando López Obrador luchaba –por segunda ocasión- por la gubernatura de Tabasco y encabezaba el “éxodo por la Democracia”, Cárdenas y su grupo seguían ahí. De hecho, López Obrador no dejó de ser una figura política regional hasta mediados de la década de 1990. 

Aunque la marcha en mención le dio visibilidad nacional, su conocimiento en la capital del país por parte de los jerarcas del partido –y de la sociedad civil- era escaso. Empero, tras perder la gubernatura de Tabasco en una injusta jugada (se decía que Madrazo había gastado en la campaña ¡más que lo devengado por Clinton en su carrera por la Casa Blanca!) y no obstante las pruebas presentadas, los irregulares comicios no se nulificaron. 

Empero, aquel movimiento le otorgó a López Obrador un aura de luchador social y justiciero, preocupado por el devenir de los desposeídos. Tal vez esto permitió que Cuauhtémoc Cárdenas confiara en él y fuera de los nominados a suceder a Porfirio Muñoz Ledo en el CEN del Sol Azteca. A pesar de enfrentarse a pesos pesados como Heberto Castillo, Jesús Ortega y Amalia García, la venia cardenista fue determinante y eso lo permitió llegar a la dirigencia nacional del PRD.

Luego –según la narrativa existente- sus planes eran luchar por la gubernatura de Tabasco por tercera ocasión. Pero, se dice, Cárdenas lo convenció que disputara la Jefatura de Gobierno del DF, pues, aunque el PRD tenía otros precandidatos, ninguno concitaba la popularidad del tabasqueño. 

Así que, simultáneamente, Cárdenas y AMLO lucharon por la Presidencia y el gobierno del Distrito Federal. Empero, se volvió una amarga victoria, pues, mientras el ingeniero consumó su tercera derrota al hilo, un joven López Obrador vencía en unos reñidos comicios al personero del panismo, el ex diputado y ex consejero electoral del IFE, Santiago Creel Miranda. 

Y, aunque, en una entrevista publicada en la Revista Proceso, AMLO decía sentirse triste por la derrota cardenista, pero contento por su triunfo, lo cierto es que ahí pareció que los caminos de ambos se bifurcaron. A partir de entonces, Cárdenas, que había sido el sempiterno candidato del PRD y su especie de guía moral, fue subrepticiamente desplazado por el liderazgo de López Obrador. 

Aunque nominalmente conservó su “liderato moral”, quien se convertiría en la figura de mayor influencia durante la siguiente década –sólo eclipsado por la ambición del grupo de Jesús Ortega y Chucho Zambrano- sería Andrés Manuel López Obrador. 

Su exitosa gestión lo llevó a convertirse automáticamente en candidato presidencial, no sólo del PRD, sino de la “Coalición por el Bien de Todos” (PT y Convergencia) en el año 2006. Además, el grupo político de AMLO pasó a conducir el PRD. 

Mientras Rosario Robles presentaba su dimisión, Leonel Godoy juramentaba como líder. Además, luego fue sucedido por Leonel Cota, quien –de manera intermitente- ha formado parte del grupo de López Obrador. Posteriormente, AMLO apoyó a Alejandro Encinas en lugar de a Jesús Ortega (su viejo coordinador de campaña en 2006) y ahí empezó la balcanización del partido, pues el grupo de AMLO nunca aceptó bien el liderazgo de Ortega. 

Y, aunque López Obrador volvió a contender por la Presidencia con el apoyo del PRD en el 2012, la relación entre ambos estaba más que rota. Tanto que, desde las elecciones de 2009, apoyó las candidaturas del PT y Convergencia en la República, y sólo a los candidatos del sol azteca en la capital del país. Y la relación estaba tan menguada que, luego de las elecciones del 2012, abandonó el PRD para consolidar Morena, la cual nominalmente ya existía –como asociación civil- pero que adquiriría el estatus de partido político al ser aceptado por el INE en 2014.

Cárdenas, en tanto, se aferró al PRD. 

De manera efímera, colaboró en el gobierno de Miguel Ángel Mancera, pero su voz en el partido que fundó ya no era tomada en cuenta. Tanto que, cuando criticó la suciedad de una elección interna nadie le hizo caso y, cuando, ante la división, se le propuso como candidato a dirigir el partido nuevamente, dijo que sólo aceptaría “si se le apoyase por unanimidad”, cosa que no ocurrió. 

Su figura se fue haciendo irrelevante y acabó renunciando al PRD. No obstante, contrario a otros liderazgos que siguieron a López Obrador en la fundación de MORENA (tanto temprana como tardíamente), Cárdenas pareció emprender un retiro político, desde el cual ha seguido reflexionando –y proponiendo propuestas- para el mejoramiento del país.

Y, este sexenio, su relación con el Presidente López Obrador ha sido compleja. Si bien, la víspera de la victoria, pareció haber un acercamiento (el propio Cárdenas visitó la casa de campaña de AMLO y dijo efusivo que “iba a visitar a un amigo”), luego de eso ya no volvieron a verse. 

En alguna ocasión deslizó que no veía a la izquierda en el gobierno actual, e, incluso, ha criticado algunas decisiones del actual mandatario y de MORENA, como las tendientes a la militarización, así como al debilitamiento del INE. Sin embargo, hasta el día de hoy, no habían tenido una ruptura abierta.

Es una lástima que los dos grandes líderes de izquierda que ha tenido México estén en un proceso de franco distanciamiento. Quizá la coyuntura política aviva las pasiones, pero, ojalá en algún momento puedan hacer las paces. Cada uno desde su trinchera ha contribuido a la construcción de un México mejor, así como al liderazgo de la izquierda mexicana.

PD. DIFERENCIA: AMLO logró ser Presidente en su tercer intento. Para Cárdenas, ni la tercera fue la vencida ¡En 2000 fue opacado por Fox!

Hernán Ochoa Tovar

Maestro en Historia, analista político.