Chihuahua, Chih.
- De la lucha LGBT+ usurpada por el discurso blanco
En entera certeza es como en muchas ocasiones ejecutamos acciones tan exactas que son capaces de cambiar nuestro entorno, formando aristas que trasmutan el rumbo de toda una sociedad.
Con el Orgullo a flote hoy quiero compartir la dicha y la buenaventura de haber encontrado mi estabilidad por medio del amor propio, la pasión a la rebeldía y la empatía por las luchas ajenas, que tan mías son como que también las vivo.
Es así como por suerte un día me vi al espejo y logré poseerme, saberme mía, mujer, persona trans no binaria, yo misma sin que los cánones definieran mi esencia, absoluta y plenamente soy una persona LGBT+ orgullosa.
Es aquí donde quiero hacer énfasis en lo más preciado de la buena lucha por ser dignas a nuestros propios cuerpos, esto fue un sueño que se construyó y forjó por nuestras ancestras. La digna rabia, bendita sea, a razón de sobrevivir que encabezó el mitin de Stonewall.
A palos y ladrillazos se construyeron los edificios que nos permiten hoy la liberación sexual, el amor libre, el podernos nombrar sin ser aves de jaula a beneficio del sistema. ¡Ya no!
“Quien olvida la historia se condena a repetirla”, y la nuestra es poderosa, una historia sagaz llena de muchos logros y sobretodo de humanidad. Una Stormie, una Marsha, una Silvia Rivera que dieron pauta a lo que en otros países como México emergió.
Un Amelio Robles, comandante de la lucha zapatista y el primer hombre trans reconocido por el gobierno; una Nancy Cárdenas, gracias por no temer a hablar y visibilizar toda causa LGBT+, Un Carlos Monsiváis, al Frente de liberación homosexual y a Oikabeth frente de mujeres lesbianas quienes formaron la primer marcha del Orgullo en ciudad de México allá en 1979.
Nuestro activismo no solo en manifestaciones sino en nuestra vida diaria es el que precede de una lucha que se lleva desarrollando hace siglos, que empezaron nuestres ancestres incluso desde antes del colonialismo, también creando espacios no mixtos de personas esclavizadas, comunidades indígenas y cimarrones que se juntaban para resistir al genocidio llevado a cabo por los colonos.
Nosotres creamos estos espacios para resistir y crear la comunidad y afectividad que nos fue arrebatada, y lo seguiremos haciendo pese a la violencia constante a la que nos enfrentamos tanto en nuestro día a día así como en entornos politizados.
Desde aquí mando mi apoyo a todes les compas que viven realidades distintas a la mía y que son igual de apartadas del discurso blanco, hegemónico y cisheteropatriarcal.
¡Hoy por hoy las luchas sociales serán con las personas trans o no serán!
Por ultimo les comparto un pequeño obsequio:
“Lo que puedo ver es que siendo todas nosotras tan diferentes, una llaga atraviesa desde la planta de los pies al centro de la cuerpa.
Que conoce a su captor, el patriarcado, como un sistema incesante de desdicha para les invisibles, al que nos enfrentamos todos los días en las dinámicas de poder capitalista. Y que aun así convertimos las rutinas en templanza, amor punzante y de un día gris hacemos consensos y reunimos fuerzas, de la raíz de los pies al centro de la cuerpa.
Porque este mundo sin nosotras no es posible, porque la buena querella donde exhibimos disconformes lo entregamos con todo el cariño, a sabiendas que lo hacemos con poder y razón.
Es ahí donde enraíza la brujería, chamánica y ancestral, de la buena voluntad de aquellas, que aun ardiendo en el fuego supieron sus cenizas serian esparcidas a la luna, para traer inspiración a otras, iluminando el sendero de las que vienen después.”