Al cuarto para las doce

Al cuarto para las doce 3 de agosto de 2017

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

Contra reloj, para variar, los integrantes de la actual legislatura deberán aprobar en lo que resta del mes la reforma electoral, en la que tienen varios pendientes, prácticamente todos ellos, casi exclusivamente, del interés de los partidos políticos, pero en el que existen otros, de suma importancia para el conjunto de la sociedad.

Y, como en varios temas legislativos, se ha corrido la especie que el gobernador Javier Corral enviará su iniciativa de reformas, es probable que sean aprobadas “fast track”, sin que haya mediado, alrededor de las propuestas de los partidos y de los gobernantes, una mediana discusión, que vaya más allá de la simple exposición de propuestas realizadas en los foros promovidos escasamente por el Congreso del Estado.

En cambio, de frente a la elección presidencial, desde Palacio de Gobierno se ha llamado a la celebración de una reunión -“Diálogos”-, le han llamado, en el que discutirán varios de los más destacados protagonistas políticos, algunos de los asuntos torales de la actualidad mexicana.

Sin embargo, en el nivel local no hay, para variar, algo semejante, que permita el debate, la discusión acerca de las pretensiones de quienes hoy conforman el grupo gobernante.

Son primera minoría en el Congreso y les basta un solo diputado más para ser mayoría en los asuntos que no requieren mayoría calificada.

A eso se atienen.

Bien, pues ante la premura y la poca disposición al debate debiera incluirse en la reforma un asunto que tiene que ver directamente con uno abordado y criticado exhaustivamente por la ciudadanía, el de los diputados de representación proporcional, los coloquialmente denominados “plurinominales”.

Chihuahua tiene dos mecanismos para elegirlos: Uno, cada partido diseña una lista de candidatos y de ahí acceden, de manera alternada, los integrantes de esa lista y; dos, los candidatos perdedores de ese partido con los mejores porcentajes de votación.

La propuesta es muy simple: Desaparecer las listas de candidatos plurinominales.

De ese modo, los ciudadanos, al votar por los candidatos de mayoría relativa (los de cada distrito), estarían decidiendo, también, quienes debieran ser los diputados plurinominales de cada partido y no, como hasta ahora, las cúpulas partidarias.

Este mecanismo sería el más cercano a la votación directa de la ciudadanía sobre los candidatos plurinominales que han recibido, inopinadamente, la mayoría de las críticas, al catalogarlos como los más “nefastos” y como los heraldos de todos los vicios y actitudes críticas de los legisladores.

Y echaría abajo los argumentos de quienes sostienen -incluidos algunos de los elevados funcionarios electorales- que los diputados plurinominales no son resultado de una elección. Se equivocan.

Esa crítica tiene como sustrato real el de pretender desaparecer la representación proporcional de los partidos en los órganos de gobierno colegiados, particularmente en las Cámaras Legislativas.

Nada más apartado del mejoramiento de la democracia representativa, tan en crisis en los momentos actuales. Volver al viejo esquema haría que regresaran los tiempos de “carro completo”, de cuando el PRI arrasaba en todas las elecciones y así fuera por un solo voto de ventaja en todos y cada uno de los distritos, se quedaba con la totalidad de los cargos de representación popular.

Tal etapa ha sido superada; deberemos mejorarla, en el camino de la construcción de un gobierno parlamentario, si se desea con la presencia de presidente de la república, al estilo de Alemania, Francia e Italia, pero en esa ruta, de una república parlamentaria.

De ahí la pertinencia de la desaparición de las listas de candidatos plurinominales. Estaríamos en el camino de restarles atribuciones y poder, mucho poder, a las cúpulas partidarias, responsables en buena medida de lo que ocurre en el sistema de partidos.

La larga carrera parlamentaria del gobernador Corral, sus propuestas enmarcadas en lo que aquí se propone, y el momento que vive Chihuahua deberían hacer factible una de las medidas que más contribuirían al mejoramiento de los perfiles de quienes lleguen al Poder Legislativo.

Y el PRI debería, también, aprovechar su actual circunstancia para mostrarle a los chihuahuenses que está dispuesto al cambio.

Este significa empezar a demoler el viejo régimen de partidos por él encabezado, “pluris” por delante, elegidos por las estructuras burocráticas partidarias.

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario