Chihuahua, Chih.
De ninguna manera pueden aceptarse las ominosas frases del gobernador Javier Corral, en las que anuncia que demandará -en México y en EU- a la empresa editora de El Diario, a su propietario -Osvaldo Rodríguez Borunda- y a los editores del medio de comunicación líder en el estado grande.
Lleva casi tres años en el gobierno de Chihuahua y no fue capaz de poner en vigor uno solo de sus conceptos de la agenda democrática que tanto -y en muchos casos, muy bien- pregonó en su trayectoria pública previa. No supo comprender el acelerado proceso de toma de conciencia ciudadana de una buena parte de la sociedad chihuahuense, razón por la que ha tenido sobre sí la recelosa mirada de la mayoría de los habitantes del estado.
A sus inocultables errores, deficiencias, pifias, vetas autoritarias; a su casi visceral fobia a la prensa, a su dificultad para trabajar en equipo, a su indudable egocentrismo; a la desmedida protección otorgada a sus amigos, sospechosos de malos manejos presupuestales; además de la inocultable aversión al trabajo persistente y al contacto permanente con la gente, ahora deberá sumarle la muy truculenta adquisición de dos fincas en Juárez, en las que se presume -por lo menos hasta ahora y tomando en cuenta la endeble defensa esgrimida por el propio Corral- que pone en duda, por si faltaran elementos para también criticarlo por esta veta, su correcta conducta en asuntos de negocios.
En eso “soy imbatible, en eso soy invencible”, afirmó, como si no hubiesen varios casos en los que ex colaboradores suyos tienen en su contra “robustas” denuncias por supuestas corruptelas cometidas en el ejercicio de su función en la actual administración y ante las cuales ha guardado un total hermetismo.
Pero en lugar de debatir los documentos esgrimidos en el reportaje de El Diario (23 y 24/IX/19), tomados, tanto de una de las hijas de la vendedora de la casa de Costa Rica y De la Peña (de la ciudad de Juárez), como del Registro Público de la Propiedad (RPP), el gobernador de Chihuahua amenazó al periódico, en el curso de una entrevista efectuada por el director del canal 28 de la ciudad de Chihuahua, Sergio Valles, en la cual, no sólo mintió en varios asuntos de los más trascendentes de este asunto, sino que, al momento de que mostrara la pulcritud de la operación financiera, es decir, que afirmara que ya estaba inscrita su propiedad, -además de la posesión- en el RPP, lanzó una de las frases que más nos hicieron evocar a su antecesor, César Duarte, y su inolvidable frase -A lo macho que no me fijé (lo que firmaba, ni más ni menos que un contrato por 65 millones de pesos)-, pues Corral afirmó, ante lo que fue un inocultable desliz del entrevistador, en el guión, pues éste creyó que Corral afirmaría que ya estaría inscrita la operación en ese registro.
Sergio Valles: “ ... además se registra en la dependencia, en el RPP...”.
¡Pues no! Corral afirmó que “... Bueno, cuando uno así decide registrarlos… en este caso nos dimos un año para celebrar la compraventa…”.
Que alguien le diga al primer mandatario de Chihuahua que mientras no inscriba una operación de compraventa de un bien inmueble, no puede ostentarse como propietario pues esto sólo es válido si lo inscribe en el RPP.
Ante las cámaras de televisión, Corral movía las hojas del supuesto contrato, sin mostrarlas y ¡otra vez! Valles se salió del guión; tibiamente susurró “en la cámara, lo puede…”. No le hizo caso, Corral nunca mostró a las cámaras el menor detalle del documento.
No solo eso, a pesar de que supuestamente leía el documento de compraventa, se equivocó en el nombre del notario, al que se refirió, ¡no existe en Juárez!
Al descalificar a los reportajes mintió, llamó falsa la información, como si Yolanda Miranda, hija de la vendedora de la finca, durante casi tres años no lo hubiese buscado afanosamente, sola, en manifestaciones que no concitaban más voluntades, pero aferrado a una, esa sí falsa argumentación, Corral arremetió contra la línea editorial de El Diario, extremadamente crítica desde su punto de vista, a causa, y no se cansa de repetirlo, de no ceder al “chantaje” al que supuestamente lo somete el periódico y su dueño, pues no le ha otorgado “los millones que Duarte le daba al periódico”.
Con ello compró su silencio en el sexenio anterior, dijo varias veces a lo largo de esa entrevista.
Bueno, pues miente.
Suponiendo que en el sexenio de Duarte, El Diario hubiese adoptado una línea editorial de plena sumisión al ballezano, entonces ¿Cómo explicar la continua aparición en las páginas de Opinión de El Diario, de Javier Corral a lo largo de todo ese período?
Y no eran colaboraciones editoriales tibias, ni condescendientes con Duarte -en eso concedemos-, razón por la que, si fueran ciertas las aseveraciones del actual gobernador, entonces sus artículos no debieron aparecer en las páginas del medio de comunicación al que ahora reputa como sometido al dinero y el poder de César Duarte gobernador.
¡Ah, pero en plena sincronía, entrevistador y entrevistador, coinciden! Sergio Valles alcanzó a expresar: “Porque así ganaban, así cobraban…(los de El Diario)”.
Sí, le respondió el gobernador, porque “los 600 millones de pesos (que le dieron al periódico a lo largo del sexenio fue) para comprar su silencio en torno a sus trapacerías, ... estos periódicos guardaban absoluto silencio…·.
Frente a esas aseveraciones, estos son algunos de los artículos que publicó Javier Corral en aquel sexenio, para no aportar la infinidad de reportajes y notas informativas publicadas sobre las presuntas irregularidades cometidas por el ex gobernador Duarte y de las cuales, con dificultades, dimos cuenta diversos medios a lo largo de aquella administración que, justo es decirlo, intentó acallar a los medios por la vía de la compra de las líneas editoriales y que, en muchos de los casos, lo logró:
“La desfachatez de César Duarte", 7 de junio de 2012; “La corrupción en el gobierno de César Duarte", 10 de junio; “Sigilo y regresión: la reforma de César Duarte", 5 de agosto. Luego, en 2013, "La redención de Duarte, hipocresía e ilegalidad", 12 de mayo de 2013; “Feuderalismo corrupto y cesarismo ramplón", 9 de junio; “Opacidad, fracaso y negocio del Vive Bus", 1o de septiembre; “La deuda de Chihuahua; la fortuna de César Duarte", 28 de septiembre de 2014; “Gobernador y banquero", 16 de noviembre de 2014, en pleno auge del duartismo, el periódico que según él estaba postrado a los pies del mandatario, le publicaba su incendiarios artículos.
“Unión Ciudadana: la lucha contra la corrupción", 30 de noviembre de 2014; “El fideicomiso que César Duarte no leyó", el 4 de enero de 2015.
Y así a lo largo del 2015.
¿De dónde saca Javier Corral semejante calumnia, si él mismo escribía, y le publicaban sus artículos en los que denostaba al gobernador Duarte?
Una diferencia sí hay entre ellos dos, Duarte se cuidó de no amenazar a los medios con la presentación de demandas, ni siquiera cuando le cayó el mundo encima al saberse de la enorme cauda de asuntos en los que lo presumible era la comisión de mil y una corruptelas, o cuando arreciaron las críticas por el descomunal crecimiento de la deuda.
Y si en lo anterior miente, es previsible que lo haga también en la operación de compra venta del lote pues sorprende que ante “un anticipo” de diez mil pesos, los supuestos propietarios del bien inmueble le hubiesen otorgado la plena posesión sobre una propiedad que debe rebasar el medio millón de pesos.
Y ahora resulta que al saber que El Diario efectuaba una investigación periodística se preparó, “Porque queremos exhibir el nivel de perversidad con el que han actuado… Tenemos hasta fotografías de los fotógrafos, lo que han hecho, es tan perverso, y lo han hecho con las patas…"
Hay otro asunto sobre el cual también miente. El de los recursos entregados a los medios de comunicación. A nadie le ha entregado él, repite a cada momento.
Miente, la empresa televisiva que lo entrevista tan subordinadamente -canal 28- actuó de la misma manera en el sexenio anterior.
Cuando Duarte decidió no otorgarle más contratos millonarios a los propietarios del canal, éstos cambiaron diametralmente de línea editorial, se convirtieron en fieles seguidores del entonces senador Javier Corral y las críticas al PAN se esfumaron. El escribiente, que entonces colaboraba con el programa de Hugo Valles dos veces a la semana, sin retribución alguna, fue separado vía Whatsup, seguramente por haber enderezado, porque así lo merecieron en su momento, severas críticas a los panistas, y especialmente al senador Corral.
Pasaron los años. A fines de 2016 Javier Corral, ya gobernador, se quejó de los “Valles”, porque lo extorsionaban, afirmó, “me piden 30 millones de pesos y no se los voy a dar, es una extorsión”.
Hoy acude cada miércoles a una entrevista en ese canal, en la que lo ausente es el oficio periodístico.
A cambio, anuncia la demanda en contra de los medios que lo critican, con pruebas en la mano y con imágenes que lo retratan de cuerpo entero, de un modo que la mayoría de los chihuahuenses repudian.
Y algunos de sus colaboradores, y por supuesto algunos de sus compañeros de partido, ahora llaman a “boicotear” a El Diario.
Los ciudadanos (y los militantes de los partidos) pueden hacer eso, están en su derecho, pero no los funcionarios, incurren en varios delitos, no importa que sean sus sitios personales de las redes sociales.
De acuerdo con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, las redes sociales de los funcionarios públicos son del orden público y, por tanto, pueden incurrir en la comisión de varios delitos al llamar a boicotear a un medio de comunicación.
¡Qué decepción! ¡Qué mal gobernante elegimos!
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