Chihuahua, Chih.
I.- No hay una sola Adriana Terrazas. Las Adrianas Terrazas de Morena pueden contarse por docenas, cientos o miles. La condición ideológica y política de esta exmilitante del PRI y del duartismo ha comenzado a ocupar cada vez más espacios de poder al interior de la izquierda partidista.
El crecimiento exponencial de Morena en los últimos cuatro años está directamente conectado con un mecanismo de adhesiones priistas y panistas al por mayor.
Los morenistas no crecen en macetas o en invernaderos ideológicos o políticos. Las escuelas de cuadros en Morena han tenido un funcionamiento y una productividad demasiado limitada. Morena poda las ramas de los añejos árboles del priismo y el panismo, y los injerta en su propio bosque ideológico político, dando lugar a formaciones que resultan grotescas.
Es precisamente el concepto de lo “grotesco”, el que define de manera más precisa los acontecimientos sucedidos recientemente en el Congreso de Chihuahua. En la teoría literaria, el concepto de lo “grotesco” ha sido empleado para identificar un género que destaca por la deformación de lo humano. Lo “grotesco” indica una condición humana que está caracterizada por lo irregular, lo extraño, lo monstruoso, que al ser observado produce un rechazo que llega incluso a la repugnancia.
Recientemente en el festival de Cannes se proyectó una película que puede ser clasificada en el género de lo grotesco: “Crímenes del futuro” (Cronenberg, 2022).
En esta película se muestran deformidades en los órganos y las formas de vida de los seres humanos, que adquieren cualidades extrañas y monstruosas. Aunque es necesario tener presente que la idea de lo grotesco en la literatura y el cine está íntimamente ligada con el humor. Detrás de la idea de lo grotesco, de forma irónica puede desatarse la risa.
Los acontecimientos sucedidos en torno a la diputada Adriana Terrazas, quien fue nombrada presidenta del Congreso a contrapelo de la decisión de la bancada de Morena, son indicativos de una deformidad de la izquierda partidista, que se muestra extraña e incluso monstruosa en su configuración ideológica y política. Lo sucedido en el Congreso Local puede ser calificado como: inaudito, ilógico, contradictorio, absurdo e irrisorio. Y cada uno de estos calificativos encaja bastante bien en la conceptualización de lo “grotesco”.
Es inaudito que un partido político, en este caso Morena, se oponga a que una integrante de su bancada sea nombrada presidenta del Congreso en Chihuahua.
Es ilógico, que los militantes del PAN y el PRI hayan suplantado la decisión del grupo parlamentario de Morena en el nombramiento de la presidencia del poder legislativo local.
Es contradictorio que una parte de los morenistas como Mario Delgado y Cruz Pérez Cuéllar, aplaudan el nombramiento de Terrazas, y otra parte de los morenistas como Juan Carlos Loera y Cuauhtémoc Estrada, lo rechacen.
Es absurdo el melodrama ideológico y político que sucede en el Congreso de Chihuahua. Y este melodrama puede desembocar en una risa irónica, que resulta trágica para la izquierda de Morena.
El problema en el caso del nombramiento de Adriana Terrazas al frente del poder legislativo en Chihuahua, es que la condición de lo grotesco comienza a definir de manera significativa a la izquierda partidista en México.
II.- Adriana Terrazas es un “síntoma” de Morena, es una condición anómala que está a la vista de todos, que comienza a habitar de manera determinante las estructuras de un partido que no termina de definirse en su configuración ideológica, política e histórica.
El concepto de “síntoma” es parte del campo de saber del psicoanálisis. Inicialmente, este concepto fue planteado por Freud y ha sido retomado por los intelectuales del marxismo posestructuralista, entre los que destaca Slavoj Žižek.
“Žižek marca el punto en el que Marx descubre el síntoma: es al detectar una fisura en el pretendido universalismo de los principios burgueses. Esta falla no opera impidiendo la conformación de estos principios universales sino que por el contrario, funciona como su momento constitutivo… El síntoma opera como aquel elemento particular que trastorna su propio fundamento, entra en una lógica de excepción pero a la vez es la condición de posibilidad de cada universal ideológico… el síntoma es interpretado por Žižek como un punto de excepción que siendo parte de un sistema funciona como su negación interna y constituyente a la vez…El síntoma no es ni pura externalidad, ni pura interioridad. Es la idea de frontera, lo que siendo parte de la estructura muestra su falla...” (“La noción de síntoma en Žižek”, Perelló, 2004).
Adriana Terrazas es un síntoma de la problemática configuración ideológica, política e histórica de Morena. Como partido de izquierda, Morena no ha terminado de formarse ni en lo ideológico (principios de acción), ni en lo político (estructuras y formas de hacer política), ni en lo histórico (la consolidación como organización en el mediano y largo plazo). La condición sintomática de Terrazas se muestra:
- Como algo extraño que trae consigo una anormalidad ideológica.
- Como una falla que interrumpe las estructuras de poder político de Morena.
- Como una condición accidental que define la historia de la izquierda partidista en México.
En los acontecimientos recientes del Congreso de Chihuahua, la diputada Terrazas le fue impuesta a Morena desde afuera, desde una exterioridad que le pertenece al PRI y al PAN.
Los integrantes de este partido aceptaron a Terrazas como candidata a diputada en las elecciones del 2021, y la acogieron en su fracción parlamentaria con una cierta aceptación. Pero Terrazas no se integró totalmente a la bancada de Morena, tal parece que no logró integrarse.
Aquí se identifican las cualidades del “síntoma”. Un “síntoma” es algo que se impone externamente, desde un afuera que resulta extraño y necesario a la vez. Habría que preguntarse: ¿Qué tan necesarios han sido Adriana Terrazas y Cruz Pérez Cuéllar para el crecimiento electoral de Morena en los últimos cuatro años? ¿Qué tan necesarios serán estos personajes para Morena en los años siguientes?
Las Adrianas Terrazas y los Cruz Pérez Cuéllar le han sido impuestos a Morena desde un afuera priista, o panista, que resulta extraño y a la vez necesario.
Aquí se manifiesta una relación conflictiva en la que se hacen presentes la aceptación y el rechazo, el reconocimiento y la denostación, el amor y el odio.
Lo sintomático de la política y la ideología en el desarrollo de la izquierda partidista en México, opera en las orillas de la contradicción y el absurdo, que se vuelven cada vez más visibles y más grotescos en sus formas de mostrarse…