¡Adiós 2020! ¡Resistiremos!
Sin Retorno

¡Adiós 2020! ¡Resistiremos! 31 de diciembre de 2020

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

Como muy pocas ocasiones un año se despide con tanto dolor, con tanta pesadumbre, con tantos faltantes, con tantos que nos harán falta; con tantos que hoy mismo sufren lo indecible; con tantas ausencias, con tantos abrazos por dar, por tantos besos faltantes por dar y recibir.

Nunca una desgracia tan grande se había abatido sobre tantos, y sobre tan grandes cantidades de pobres en todo el mundo.

Pero en esas mismas dimensiones, nunca un número tan grande de personas desarrollaron el más elevado sentido de solidaridad y humanismo.

Como nunca estará mejor aplicada la famosa frase de Winston Churchill, dirigida a los integrantes de la Real Fuerza Aérea. 

Ahora se la podemos aplicar, con largueza, a los integrantes del personal de salud de todo el mundo: Nunca tantos debieron tanto a tan pocos.

Ha sido una guerra la sostenida por muchos, pero sobre todo por ellos, el personal de enfermería, los médicos, los laboratoristas, el personal de limpieza, el administrativo, fueron -están en ella- a combatir al enemigo más poderoso que jamás ha enfrentado la humanidad; lo hicieron -lo hacen-, ahí, en la primera trinchera, en la que las bajas son la constante, y la certidumbre del contagio es poco menos que total y que, ante la vista del moridero, la angustia de caer enfermo es, casi, ponerse a un paso de la tumba.

Pero así como los anteriores han puesto lo mejor para afrontar la pandemia, otros, los científicos, nos han mostrado una más de las facetas maravillosas de la humanidad: Su perseverancia, su terquedad, su talento, su capacidad y, también, su inteligencia para entender que encontrar el antídoto era una tarea mancomunada.

Hoy, la humanidad acude, exultante, a la aplicación de la vacuna, estación obligatoria para la reanudación de las actividades, que ojalá fuera, efectivamente, una nueva “normalidad”, y no, simplemente, el regreso a la vieja normalidad, la misma que es causante del agravamiento de las consecuencias de la pandemia.

De todo nos brindó el año, de lo peor llevo en lo más profundo la frase de aquel politicastro que aseguró que no nos preocupáramos, que la pandemia era una cosa de ricos.

Hoy lo sabemos, como lo dijera el personaje del “Amor en los tiempos del Cólera”, la pandemia es un moridero de pobres, y entre ellos, los más pobres.

Pero no solo ellos caen, la desgraciada enfermedad mata a personas de todos los niveles socioeconómicos, aunque sobre los más desfavorecidos se abaten las peores consecuencias, más en países como el nuestro en el que la mayor parte de la población económicamente activa se desempeña en la informalidad la que, por desgracia, es sobre la que se ensaña mayormente la epidemia.

Si algo, de la cosa pública, evidenció la pandemia, es la enorme distancia entre lo necesario y lo ofrecido por la capa gobernante; pero, como siempre, ha demostrado las increíbles potencialidades -que en el curso de estos meses se convirtieron en maravillosas realidades- de los mexicanos, las que podrán hacer posible la superación de trance tan amargo y la construcción de un futuro inmediato muy distinto a lo que hoy tenemos.

Como en todas las épocas, los mexicanos hemos encontrado la ruta correcta; no es un optimismo sin sustento, ni un vano o superficial deseo de fin de año.

De ninguna manera, el 2020 es prueba fehaciente de lo que podemos hacer, con alegría, con optimismo, con voluntad; pero también con firmeza y con mucho amor.

¡Ya nos abrazaremos y nos besaremos en el 2021!

Nuevamente podremos recorrer las calles, las rancherías, los pueblos y los senderos de Chihuahua.

Nos encontraremos en las charlas del café, en las bancas de las plazas, en las fiestas del barrio, en las del trabajo, con las de los amigos y dejaremos atrás esta permanente zozobra del miedo a contagiarnos, del temor a morir de esa manera; dejaremos atrás las siempre asombrosas y dolorosas noticias de los que se nos adelantaron en el camino a causa de una enfermedad que no contábamos con ella.

Como lo cantan doctores y enfermeras (os) ¡Resistiremos!

[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario