¿Y la austeridad… apá?

¿Y la austeridad… apá? 14 de enero de 2019

Gerardo Cortinas Murra

Chihuahua, Chih.

En la Ley de Ingresos del 2019 se precisa el monto de ingresos estimados por el Gobierno del Estado hasta por una cantidad de casi 70 mil millones de pesos. De los cuales, 55 mil millones corresponden a participaciones y aportaciones federales, y tan solo 15 mil millones a ingresos estatales propios; es decir, el 20 por ciento del ingreso total anual deriva de impuestos, derechos y multas que se captan de manera directa.

Como si se tratara de una enfermedad crónica e incurable, semejante situación financiera obliga –año tras año– a los gobiernos estatales a mendigar al Gobierno federal recursos que les permita cubrir, cuando menos, sus gastos operativos básicos (gasto corriente).

Así, resulta comprensible que Javier Corral (a) “El Inútil” pregone, de manera lastimera, la imposibilidad para elaborar un presupuesto que le permita hacer frente a las necesidades más elementales de la población ante “la situación de falta de liquidez, déficit y compromisos financieros futuros heredados por la anterior administración”.

Al extremo de que el Gobierno estatal se ha sumado a la ‘cultura de la mendicidad’ propia de los municipios de México, en la que los legisladores federales ‘invitan’ a los ediles (pedigüeños) a ir al Congreso de la Unión para ‘solicitar’ recursos que les permitan hacer más llevaderas sus miserias presupuestales.

Por ello, resulta oportuno citar el alegato favorito del gobernador: “Chihuahua requiere una reestructuración política económica, social y presupuestal que le permita elevar la competitividad, crear infraestructura y proveer a la población de condiciones de empleo y salarios que le permitan salir de la pobreza y acceder a una mejor calidad de vida”.

Recordemos como al inicio de su gobierno, Javier Corral pregonaba que el Presupuesto de Egresos del 2017 “contiene el firme compromiso de establecer un plan de austeridad que nos asegure lograr una estabilidad presupuestaria, y por otro lado, la eliminación gradual del déficit con el que se da inicio a la presente administración…”.

Desde hace dos años, la política en materia fiscal busca –inútilmente– “fortalecer los ingresos locales, en base a la eficiencia recaudatoria, la detección de omisos, ampliación de la base de contribuyentes, programas de para incrementar el ingreso por adeudos fiscales e incrementar el uso de medios alternos de pago para generar economías en la recaudación de contribuciones estatales”.

A la fecha, el fracaso de la política tributaria del ‘Nuevo Amanecer’ está a la vista de todos los chihuahuenses: los cuatro ejes básicos presupuestales no han dado resultado alguno: a) No existe un control estricto del gasto corriente; b) Jamás se concretó la reestructuración de los organismos autónomos y descentralizados; c) La venta de bienes y activos del gobierno fue una de tantas “promesas del corazón”, y e) No se promovieron nuevos proyectos de ingresos adicionales.

Todo lo anterior, ha obligado a “El Inútil” a solicitar, de nueva cuenta, otra reestructuración de las deudas bancarias a largo plazo, so pretexto de una mayor liquidez de las finanzas estatales, lo cual da fe plena del rotundo fracaso del ‘Decreto de Austeridad’ corralista.

Por último, a pesar de haberse anunciado –desde noviembre del 2016– un estricto control del gasto público mediante una “serie de medidas y recortes” (despido de miles de burócratas y el cierre de las cajas chicas); en el Presupuesto de Egresos del 2019, no se redujeron los estratosféricos e inmorales sueldos de los funcionarios de gobierno y de los organismos autónomos. Mucho menos, el financiamiento público de los partidos políticos.

Verdad, amable lector, que es muy evidente el contubernio entre los partidos políticos para conservar los privilegios salariales de sus compinches incrustados en el gobierno y en los órganos electorales.

Me queda claro que, hasta hoy, los diputados de Morena han sido incapaces para modificar el statu quo de la “mafia del poder”. ¿O de eso se trata…?