Chihuahua, Chih.

“Algunos dicen que el gobierno se toma con la izquierda pero se toca con la derecha, como el violín, yo digo que no, el gobierno se toma con la izquierda y se toca con la izquierda.”

AMLO – Conferencia Mañanera del 17 de Julio 2019.



Aunque usted no lo crea: de 1994 al año 2019, durante 25 años, el robarse mediante fraudes una elección presidencial, de Gobernadores de Estados y Presidencias Municipales, no era delito grave, ahora en la 4T sí lo es, porque así lo definió la mayoría de Diputados y Senadores de Morena, apoyados por otros partidos.

Tampoco era delito grave el que, un Presidente de la República, algunos Gobernadores o Presidentes Municipales, se robaran miles de millones de pesos.

En 1929 se fundó el Partido Nacional Revolucionario, abuelito del PRI, en 1938, en la Presidencia de Lázaro Cárdenas, se fundó el Partido de la Revolución Mexicana, en 1946 el PRI, en la Presidencia de Miguel Alemán.

Durante 71 años, desde 1929 hasta el año 2000, triunfo de Fox–PAN, todos los Presidentes de la República fueron del PRI.

Desde 1929 hasta 1989, con el triunfo de Ruffo en Baja California, todos los Gobernadores de todos los Estados de la República fueron del PRI, con alguna rara excepción que no pinta ni cuenta.

Al ser ahora un delito grave, es decir, sin derecho a fianza la corrupción en sus diversas modalidades, tales como: fraudes electorales y daños patrimoniales a recursos públicos, por primera vez en la historia del país, se hace posible proceder penalmente contra los presuntos responsables, incluso el Presidente de la República en funciones.

Las calificadoras de fondos de inversión, como Moody’s, Standard & Poors y Fitch, que califican el 95% de empresas y países, no han querido tomar en cuenta el ataque a la corrupción emprendido por AMLO y la 4T. Esto ha sido reiteradamente señalado por Andrés Manuel.

Las calificadoras, lejos de ser observadores neutrales, independientes, que únicamente emitan sus criterios en base a hechos, son empresas privadas -TRASNACIONALES- con evidentes conflictos de intereses, puesto que sus principales accionistas forman parte de conglomerados industriales, financieros y mediáticos, en el que califican o descalifican empresas y países, según sus intereses estratégicos.

El propio Congreso de Estados Unidos dictaminó en el 2011, que el trio S&P, Moody’s y Fitch fueron corresponsables de la gran crisis financiera 2007-2008, con repercusiones en todo el mundo.

Las calificadoras de riesgo, son la punta de lanza de las trasnacionales para defender sus intereses, en contra de un proyecto nacionalista como el de AMLO–4T.

Para el Sub Director de Análisis Corporativo de S&P, la calificación de PEMEX y de México como país soberano es la misma, si se considera el respaldo incondicional del Gobierno de México a la empresa PEMEX.

Cuando S&P califica a PEMEX independiente del Gobierno, lo hace con una calificación muy cercana a empresa chatarra, así como lo hacen para descalificar a CFE y hacerla quebrar, para que después lleguen las empresas buitres a devorar sus restos.

Las calificadoras son en la actualidad, y van a seguir siendo, generadoras de noticias de calificaciones, que no tienen otro objeto que crear pánico entre inversionistas nacionales y extranjeros, para encarecer el crédito a las principales empresas de México, principalmente públicas, no exclusivamente.

El entender el papel de las calificadoras es asunto de primera importancia, para entender las presiones internacionales y sus consecuencias en la economía y en la política nacional

Esas presiones ¿De dónde vienen? ¿Qué quieren? y ¿Qué podemos hacer juntos, gobierno y pueblo que estamos con la 4T, para contrarrestar, neutralizar sus ataques?

La 4T va hasta que rechine, como dice AMLO.