Chihuahua, Chih.
En medio de una profunda crisis de credibilidad ciudadana, y no sólo por los resultados de la más reciente elección presidencial (que precipitó a todos los partidos políticos al abismo), sino fundamentalmente -por lo menos en el ámbito local- al tremendo fracaso del gobierno del panista Javier Corral, la dirigente estatal del blanquiazul, Rocío Reza, se atrevió a declarar que “… Con certidumbre económica y política, gobierna el PAN y no con ocurrencias, y se generan inversiones y empleos”. (Nota de Michelle Martínez, Al contacto, 6 mayo, 2019).
Casi repitió, palabra por palabra, las expresadas por Corral en la entrega de un conjunto de mini-obras realizada en Juárez a principios de la presente semana. Le entregaron el guión y no le quitó ni una sola coma: “Indicó que una muestra de ello (la certidumbre con la que gobiernan), son 53 obras en las que se invirtieron 68.6 millones de pesos en beneficio de 13 mil 500 niñas, niños y jóvenes en 20 municipios de la entidad. Tan solo en Ciudad Juárez se entregaron 8 obras con una inversión de 15.2 millones de pesos en beneficio de 3, mil 678 estudiantes”. (Ibídem).
Reza afirmó “que Acción Nacional demuestra con hechos en la realidad y no con discursos populistas, lo que se debe de hacer para tener un estado progresivo en educación e inversión…”.
El problema es que, confrontadas esas frases con la realidad poco tienen que hacer.
Un día después de sus esclarecedoras afirmaciones, los concesionarios del transporte urbano agremiados en la CTM y dirigidos por Francisco “El Güero” Lozoya, advirtieron “que varias rutas de transporte urbano podrían parar durante los próximos días por falta de recursos para operar e insistieron en el aumento de tarifa”. (tiempo.com, 7 de mayo de 2019).
Como siempre que exigen aumento de las tarifas, Lozoya argumentó una serie de hechos que les impiden ofrecer el servicio a que se habían comprometido con el gobierno del amanecer, compromisos que son los mismos efectuados con prácticamente todos los gobernadores previos a Corral.
Todos sucumbieron ante la fuerza del pulpo camionero, ninguno ha sido capaz de acometer la renovación de servicio tan vital.
César Duarte se comprometió a mucho más que Corral, incumplió su promesa de dotar a los vecinos de la capital del estado de Chihuahua de un transporte de primer mundo; trastocó el sistema de transporte urbano, toleró el cobro mediante tarjeta electrónica que se convirtió en el mejor instrumento para quitarle el dinero a los usuarios, mediante la pérdida “hormiga”.
Y eso se convirtió en el catalizador que posibilitó la derrota del PRI en 2016.
Ante el caos del transporte urbano, el PRI perdió la mayoría en alrededor del 20% de la población de la ciudad de Chihuahua, que es la que usa ese tipo de transporte. El contagio fue estatal, agravado por todas las corruptelas cometidas por aquel grupo gobernante.
En campaña, Javier Corral asumió como un reto prioritario ese problema. Transcurrida más de la mitad de su gobierno ya se puede efectuar la conclusión en este aspecto: Fracaso.
Vamos, ya ni siquiera, así fuera como una de las metas a alcanzar, hablan los funcionarios del amanecer, de la segunda ruta troncal a la que se habían comprometido.
¡Ah, pero eso sí, como lo han hecho prácticamente todos los gobernantes -debe ser un problema que tenemos los mexicanos, no ser capaces de generar otro tipo de políticos- el mandatario chihuahuense ha colocado a los suyos, a los de extrema confianza, y sólo a ellos, en todos los cargos de importancia en el gobierno estatal, no importa si son aptos para éstos, o no!
Bueno, pues solo un milagro electoral los podrá salvar, y eso si postulan a alguien ajeno al equipo de Javier Corral.
¡Ah, y que la gente lo perciba como tal!
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