“Ese patriarcado que “no existe” acaba de absolver a un violador de menores. Este feminismo “que no necesitas” es el único que va a responder.
Tania Tagle
Tras unas semanas de ausencia pensé que de a poco se irían diluyendo los temas que describen la terrible realidad que las mujeres vivimos a diario. Me equivoqué, son reiterados y contundentes como olas en forma de noticias serias o que de plano, rayan en el absurdo.
Me recomendaron continuar en la insistencia de ofrecer un contrapeso a la desinformación que grupos ultraconservadores se habían impuesto conformando agenda mediática con representantes de algunos medios con los que establecieron alianzas para restringir derechos humanos de las mujeres y grupos LGBT’s de la entidad teniendo como objetivo a debatir (o imponer como ley su opinión porque jamás pudimos coincidir en las mismas mesas para ofrecer un debate serio con argumentos desde una lógica constructivista y derechohumanista) temas como las actas de nacimiento o la posibilidad de acceder a servicios de aborto en caso de violación de acuerdo lo establece la norma 046.
Es curioso que precisamente en Chihuahua, entidad emblemática de feminicidio a nivel mundial (lo que demuestra que no tenemos garantizada la vida) se discuta y se opine sobre si tenemos derecho a decidir sobre nuestro cuerpo.
Pues bien, a este contexto local se le puede sumar lo que en lo nacional el juez Anuar González Hemadi le concedió el amparo con que pudo ser liberado Diego Cruz conocido porky veracruzano por la violación tumultuaria que padeció la joven Daphne Fernández con el argumento de que “el joven no tenía “la intención” de llegar a la cópula vaginal, anal ni oral.”; a pesar de que le introdujo los dedos en la vagina en reiteradas ocasiones y la manoseó tanto como pudo, en las propias palabras del violador.
¿Por qué traer estos casos –de otras entidades- a una publicación local? Porque dibujan de modo claro lo que implica ser mujer en este estado y el país.
Se nos ha dicho que debemos ser moderadas para denunciar y exigir nuestros derechos, que “no se puede combatir violencia con más violencia”, cuando en realidad lo que hacemos no es violento, solo es claro al pronunciar cuánto y de qué modo nos afectan las agresiones que a diario vivimos, los sobrecostos que tenemos que pagar por nuestra seguridad como si no tuviéramos derecho a nuestra integridad. Se nos ha dicho que debemos denunciar….pero ¿si sabe lo que le sucedió a Tamara de Anda cuando denunció al taxista que la acosó en la calle?
Pocas alternativas nos quedan cuando a diario se configuran socialmente narrativas que no nos dan calidad de personas, donde estamos indefensas, en las que pareciera que no tenemos opción a la de dejarnos matar o morir, de ser violadas, agredidas o humilladas.
El juez que absuelve violadores, la opinión pública que crucifica cuando denunciamos acoso, instituciones omisas que se niegan a cumplir su trabajo basando su accionar en prejuicios y estereotipos de género es lo que nos rodea, por ningún lado se encuentra un atisbo de ser reconocidas como personas sujetas de derechos. Todo lo anterior sustentando una cultura de la violación asesina.
Este país consume y vomita impasivo la vida de las mujeres mientras la vida camina y para muchas se detiene.
Por otro lado, en trabajos referentes a su profesionalización realizados esta semana en el estado de Quintana Roo (específicamente Cancún y Chetumal), periodistas y comunicadores se solidarizan con la exigencia de justicia por el artero asesinato de la periodista Miroslava Breach y por mi conducto hacen llegar su abrazo al gremio.
De mi parte, deseo que la inusitada ola de detenciones de personas cómplices implicadas en redes de corrupción del gobierno duartista no desdibujen la necesidad urgente de resolver el crimen contra la periodista y así, podamos avanzar en colocar el debate para la promoción de medidas de protección que las y los profesionales de la información requieren de manera inmediata para poder seguir operando en las condiciones que un estado en guerra requiere y que necesariamente tiene que involucrar a su gobierno en ello.
No se mata la verdad matando periodistas.
marielacastroflores.blogspot.mx
@MarieLouSalomé