Chihuahua, Chih.
¿Cuáles son las razones por las que el PRI, en consonancia con lo realizado en otras entidades y otros protagonistas, no pidió la suspensión de los derechos, como militante del PRI, del ex gobernador César Duarte?
Ciertamente, muchos meses atrás, un militante sin renombre lo pidió al Comité Nacional. Nadie lo tomó en cuenta.
Sí, la explicación en el ámbito local se encuentra en que al frente del PRI quedó uno de los más cercanos colaboradores del ballezano, Guillermo Dowell, y que en la integración de los órganos dirigentes partidistas en prácticamente toda la entidad, y como funcionarios de elección popular, el sello del ex gobernante se advertía.
Pero, salvo algunas tímidas expresiones en alguno de los eventos partidistas, nadie tuvo, ya no la valentía ciudadana, sino la perspicacia política para advertir que tal actitud se les revertiría.
Luego, el tibio intento, de algunos de los protagonistas más importantes de la estructura estatal y de la capital, de oponer un frente a fin de que la nueva dirigencia estatal fuera ajena al pasado duartista, quedó en una muy criticada y desalentadora “concertacesión” de la cual emergió el actual dirigente estatal, Omar Bazán, quien aprovechó el viaje y, contra sus promesas, en cuanto tuvo oportunidad, se quedó con el único puesto seguro, el primer lugar de las diputaciones plurinominales… hasta ahora.
Tal acción no tiene otra interpretación que la de la certidumbre priista en la derrota en julio próximo en Chihuahua.
Y solo la posibilidad de acceder a la presidencia del Congreso del Estado pudo permitir la salida de Karina Velázquez de la coordinación del grupo parlamentario del PRI en esa instancia, luego de haber sido uno de los puntales del grupo de César Duarte.
Luego de un muy truculento proceso para acceder a la candidatura al senado de la república en la titularidad de la primera fórmula presentada por el PRI en Chihuahua, el ex gobernador José Reyes Baeza ha lanzado abiertamente la solicitud a la dirigencia nacional de su partido a fin de que suspendan a Duarte como miembro del PRI.
No son pocos los obstáculos para concretar tal petición, ni tan menores las resistencias, locales y nacionales.
Sólo recuérdese que el actual dirigente nacional priista, Enrique Ochoa, fue un activísimo aliado de Duarte para mentirle a la sociedad chihuahuense acerca de la tarifa eléctrica, con el descarado propósito de ganar las elecciones del 2015, y agregándole poco más de mil millones de pesos a la deuda estatal, ésta con la CFE.
Además, la cercanía de Reyes Baeza a Miguel Osorio Chong -aunque también a Peña Nieto, recuérdese que también coincidieron en las gestiones como gobernadores, de ahí la designación de Baeza en el Fovissste, primero, y luego en el Issste- incomoda al equipo del candidato Meade, y a otros muchos otros liderazgos priistas, entre ellos el de Emilio Gamboa, cercanísimo a Duarte, quien tuvo una participación decisiva en la designación de Duarte, primero como presidente de la Cámara de Diputados, y luego como candidato al gobierno de Chihuahua?
Vistas así las cosas, y desenterrados tantos recuerdos, es fácil colegir la tardanza para que liderazgos de peso en Chihuahua asumieran que era necesario, no sólo deslindarse de César Duarte, sino iniciar el procedimiento para sancionarlo como militante del PRI, como mecanismo para “salvar” la cara de su partido.
Así, en los primeros actos públicos realizados -aprovechando la “intercampaña”, en la que los candidatos no pueden pedir el voto- Reyes Baeza ha trazado la ruta, no sólo de su campaña, sino la del conjunto de sus compañeros, por tratar de recuperar los votos perdidos a lo largo de varios años, en las que acumularon infinidad de errores y conductas por demás criticables de no pocos de sus compañeros que llegaron a los puestos de poder.
“Yo, como candidato, hago el planteamiento formal, que recojo de la expresión reiterada de la militancia. La pondré a consideración del Comité Estatal y éste lo hará ante la dirigencia nacional, pues es un sentir de la militancia”, sostuvo Reyes. (Nota de Jaime Armendáriz, El Diario de Chihuahua, 6/III/18).
El problema para ellos es que, muy probablemente, sea tardía tal postura; de acuerdo con las encuestas y las apreciaciones políticas más extendidas, deberán disputar con los candidatos de Morena el segundo lugar de las votaciones en Chihuahua.
Ni en sus peores pesadillas se imaginaron tal escenario.
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