Chihuahua, Chih.
La nación está por abordar uno de los procesos históricos mas importantes desde la revolución o la expropiación petrolera; una sucesión transicional que desde la administración gubernamental hasta la impartición de justicia tendrá características específicas de aplicación porque en particular, estos son puestos en marcha o se definen a partir de la salida de un régimen que lastimó severamente la dignidad e identidad de la nación.
Referente a la justicia, un gobierno transicional refiere las formas en que países que dejan atrás periodos de conflicto y represión, utilizando herramientas y mecanismos para enfrentarse y subsanar violaciones de derechos humanos sistemáticas o crímenes de lesa humanidad, de tal modo que, por su magnitud y gravedad los sistemas judiciales no pueden abarcarlos en su totalidad. En nuestro país los de mayor presencia son la desaparición, desaparición forzada, feminicidio, trata de personas con fines de explotación sexual o laboral, ejecuciones extraoficiales, secuestro, delitos contra la libertad de expresión, entre otros.
En una sociedad tan lastimada, no podía bastar con una transición democrática que únicamente colocara la esperanza de cambio en un líder -abrazado por las masas- con calidad moral para hacer el relevo en un sistema de gobierno que exigía una profunda renovación so pena de condensarse la inestabilidad que impone la ingobernabilidad como causa y consecuencia de dinámicas sociales donde no hay poder, convivencia ni estado siquiera.
Atendiendo a ese tenor, las actividades previas a la toma de posesión de López Obrador, tuvieron a bien convocar a Foro Escucha Ciudad Juárez Por la Pacificación y la Reconciliación Nacional. El eje, las víctimas. La motivación: la pacificación y la reconciliación. Los resultados: al tiempo.
La dinámica se desarrolló en mesas que desde el inicio se pretendió fueran incluyentes y plurales, que todas las voces fueran escuchadas. Las temáticas fueron “Víctimas, garantías de no repetición y mecanismos de reparación”, “Seguridad y Justicia”, “Dinámicas fronterizas, migración y seguridad”, “Prevención, cohesión comunitaria y reconciliación nacional” y “Construcción de Paz”. De manera alterna, se realizaría una plenaria que tuvo que ser cancelada respondiendo a la exigencia expuesta en las protestas frente al evento ya que el tema de la desmilitarización y la abrogación de la ley de seguridad interior no estaban contemplados hasta ese momento y terminó llevándose a cabo.
Siendo el primero de varios de esta naturaleza, el foro se convirtió en un acto político que en el contexto de Ciudad Juárez podría ser de todo menos terso, la asistencia de AMLO día previo a la entrega de su constancia de presidente electo así lo definió. Las protestas antisistema que lograron la inclusión de la mesa que discutiera la abrogación de la ley que le da facultades amplias al ejército más allá incluso que, al mismo presidente; la presencia de personas del círculo cercano al gobernador que lograron integrarse en mesas sin registro previo y no se puede pasar por alto, la fehaciente muestra del rechazo y desaprobación al gobierno de Javier Corral.
Desde que asumió funciones como gobernador constitucional electo, no se había tenido espacio y oportunidad de recibir de primera mano la opinión sin filtros ni mediación de sus gobernados, de escuchar masivamente, las causas del repudio a su gobierno. El deterioro exponencial de la seguridad dentro de su gestión, el abandono o poca atención de políticas que no son propias de su ideología si no están obligadas por ley y la carencia de empatía con las eventuales víctimas del delito.
Sonoras carcajadas se escucharon en el recinto cuando AMLO prometió mesas diarias de parte informativo y toma de decisión en materia de seguridad y alguien gritó: “Se te acabó el golf Corral”.
Esa es la percepción y el sentir, un estado sin gobierno.
Por lo pronto, la cúpula federal está articulándose porque la pacificación ya fue puesta en marcha; no así la reconciliación. Ese es un proceso de mayor calado que implica necesariamente la justicia y reparación a las víctimas.
De ahí que el tema de la seguridad transicional sea definitorio en los siguientes años. Para cumplir su cometido tendía que lograr restaurar la confianza en las instituciones, posibilitar el acceso a la justicia de las personas que han sido víctimas de delitos del fuero común o poco graves, lograr un verdadero estado de derecho, facilitar los procesos de paz y promover resoluciones permanentes para el conflicto, colocar los cimientos de lo necesario para afrontar las problemáticas sociales que generan el conflicto y, sobre todo, fomentar la reconciliación.
En Juárez se le dio voz a toda persona que tuviera algo que decir. Las víctimas directas e indirectas fueron escuchadas en sus sentires, se socializó la preocupación por el futuro de no contenerse la situación actual y propusieron lo que consideraron conveniente.
Sin embargo; no hay perdón sin reparación y el perdón viene de la justicia.
Sin culpables ni garantías de no repetición no será posible, las víctimas lo dejaron muy en claro.
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@MarieLouSalomé