Chihuahua, Chih.
¿Se puede ser profesar la fe católica y estar a favor de la despenalización del aborto? Definitivamente, sí. Abortar es un asunto privado, íntimo, de conciencia personal y la decisión abraza convicciones sobre principios éticos y morales que obedecen a cada persona sin lastimar la fidelidad a la iglesia y su legítimo ministerio.
La libertad de expresión y de pensamiento son derechos consagrados en ordenamientos legales de diversa índole y reconocidos por toda institución, incluida la eclesiástica; relacionado al tema del aborto, estos se asocian al derecho de la libre autodeterminación y desde ahí, varias ramas de la teología cuestionan a la licitud de la moral católica para cuestionar o expedir normas sobre las libertades de las mujeres y específicamente las que refieren a los derechos sexuales y reproductivos, incluida la interrupción de un embarazo por decisión propia.
La libre determinación protege a las personas en su dignidad para evitar sean vulneradas en su construcción identitaria, definiciones políticas y que por ende, sean vistas como objetos y/o para conseguir un fin ajeno bajo ninguna circunstancia; es un derecho sustancial y absoluto, por eso, ni el Estado ni la Iglesia lo pueden limitar, intervenir ni cancelar, tanto, como el derecho a la vida.
Lo antes expuesto, ha servido como base para que personas libres se aglutinen en organizaciones como Católicas por el Derecho a Decidir, que es una asociación de hombres y mujeres creyentes con perspectiva ética, católica y feminista que defienden los derechos humanos de mujeres y jóvenes, especialmente los sexuales y reproductivos buscando vincularlos a la justicia social, la democracia y la laicidad del estado a través de la reflexión teológica y socio-religiosa.
Otra activista controversial no solo para la iglesia católica, también para la sociedad en general, es Sor Teresa Forcades (monja benedictina y feminista), que nos establece una estupenda analogía para visibilizar como el derecho a la autodeterminación se encuentra por encima de los criterios que norman y encuadran la lógica con que se construye la verdad desde las instituciones, especialmente la católica:
“Para ilustrar el conflicto entre el derecho a la vida y el derecho a la autodeterminación podemos tomar como ejemplo el caso del trasplante de riñón. Hay cientos de miles de personas en el mundo (más de 75.000 sólo en los EEUU de las cuales más de 3.000 mueren cada año) la vida de las cuales podría ser salvada por medio de un transplante renal.
¿Por qué no aprobar una ley que obligue a las personas que tengan riñones compatibles a ceder a estos enfermos para salvarles la vida? El Estado podría aprobar una ley así, la Iglesia católica podría excomulgar a los donantes potenciales que rechazaran someterse a extirpación, así como a todas las personas que les apoyaran en aras de un supuesto derecho de autodeterminación o de posesión del propio cuerpo que atentaría directamente contra el derecho a la vida de un enfermo inocente… hay que tener en cuenta también que está demostrado que vivir con un solo riñón no acorta la esperanza de vida del donante.
Si Dios les ha dado un riñón compatible que ellos no necesitan y que puede salvar directamente una vida inocente, ¿en qué principio se puede basar la moral católica para considerar lícito su rechazo a salvar una vida? Si existe un principio moral que legitime este rechazo, ¿por qué no es aplicable este principio en el caso de la mujer embarazada, especialmente si la vida de la madre corre peligro o si el embarazo ha sido fruto de una violación? Mi conciencia me hace plantear esta duda con confianza y con toda honestidad.”
En las convergencias para lidiar con las consecuencias de problemas sistémicos y estructurales como la pobreza y el machismo, las personas insertas en diversos espacios han conjuntado sus voluntades y trabajo en el empuje de leyes que en términos de plazos permita a las mujeres ejercer sus derechos. Mucho se cuestiona si a las 12 semanas de gestación, si el latido del embrión debe ser causa suficiente para evitar la interrupción de su proceso de gestación; sin embargo, en esa etapa de crecimiento aun no desarrolla por completo su sistema nervioso central y tampoco la corteza cerebral lo que significa que no siente dolor y tampoco tiene conciencia (no registra lo que sucede alrededor, no experimenta sensaciones ni alberga recuerdos), tal y como ocurre con las personas que mantienen vivas de forma artificial (estimulando su pálpito cardíaco) con muerte cerebral para la donación de órganos, decisión que por cierto, no es cuestionada por nadie porque lo cuestionable en el caso del aborto es la decisión de la mujer para practicarlo.
Si bien la discusión es amplia, acalorada y en ocasiones se torna recalcitrante, en nuestra entidad comienzan a ponerse en la mesa estos temas.
El próximo lunes, en el Mezaninne del Congreso del estado estarán presentes Católicas por el Derecho a Decidir, el Grupo de Información en Reproducción Elegida GIRE y Marea Verde Chihuahua en el Foro “Rumbo a la despenalización del aborto”, en el que GIRE hablará de marcos jurídicos vigentes nacionales e internacionales y la obligatoriedad del funcionariado público a acatarlo, CDD ocupará el espacio para desde la defensa el estado laico, definir cómo se lastiman los derechos de las mujeres cuando se vulnera y finalmente, Marea Verde Chihuahua expondrá los resultados de su campaña #NOMbraLa046 y que tiene como objetivo con esta actividad clausurar los trabajos de la misma, en la que con acciones legislativas y trabajo de campo, realizó lo necesario para la difusión de la NOM046 que es el instrumento con el que la Secretaría de Salud cuenta para la atención de las víctimas de violencia sexual y doméstica.
Las activistas de pañuelo verde han extendido la invitación a toda aquella persona que desee asistir y hacer valer su derecho a la información y que en ello, opte por la que tiene carácter científico, laico y objetivo.
Si gusta, allá nos vemos para que sigamos aprendiendo en conjunto y mantengamos abierto el dialogo.
marielacastroflores.blogspot.com
@MarieLouSalomé