Chihuahua., Chih
Sin duda alguna, lo que caracteriza al actual gobierno estatal es el afán de realizar eventos oficiales faraónicos, so pretexto de la ‘socialización’ de las políticas públicas. Paralelamente, se promueven eventos partidistas que resultan ser una indebida promoción de los líderes nacionales del PAN.
El más reciente de ellos, lo fue el evento llamado ‘Encuentro de Humanistas en Acción 2022’, cuyo único objetivo fue la toma de protesta al Código de Ética de los servidores públicos panistas; en el que se precisa que “los gobiernos emanados de Acción Nacional deberán ser reconocidos por su transparencia, honradez, humanismo, eficiencia y espíritu de servicio”.
En este código ético partidista se establece que “las aspiraciones y conductas de todo servidor público propuesto por el PAN deben ser asumidas como un compromiso moral que lo obliga en lo más íntimo de su ser, con él mismo, con México, con su tiempo, con los ciudadanos y con el Partido”.
Así las cosas, recordemos las propuestas de Maru en materia de austeridad y racionalidad del gasto público: el ejercicio fiscal 2022 “será fundamental para darle sostenibilidad a las finanzas públicas continuando con el liderazgo en la captación de ingresos propios...”.
Lo anterior, toda vez que el objetivo básico será “aplicar el gasto de manera más eficiente… (porque) el objetivo es disminuir gasto público no prioritario, aumentar el gasto de inversión y lograr un cambio de cultura en el gobierno estatal… (y) realizar un importante esfuerzo reduciendo el gasto corriente no prioritario como proporción del gasto total”.
En alguna ocasión, Maru afirmó que pondría en marcha “un agresivo programa de ajuste presupuestal como eje rector del reordenamiento financiero, a través del control del gasto público (Adiós al dispendio)”.
Yo me pregunto: Al día de hoy, ¿Cuáles gastos no prioritarios se han eliminado? ¿Hasta cuándo se darán a conocer los Lineamientos de racionalidad y austeridad presupuestaria de los tres Poderes del Locales?
Mientras tanto, diversos analistas políticos han cuestionado la actitud de Maru de promoverse -al igual que César Duarte y Javier Corral- en eventos ajenos por completo al gobierno estatal, con cargo al erario.
En efecto, los dos exgobernadores siempre expresaron su interés personal para ser candidatos presidenciales; a pesar de que ello significaba desatender el cargo de gobernador; así como la presunta comisión de hechos delictivos, al financiar sus viajes fuera del Estado con recursos públicos.
Ante este panorama político, debo insistir que las propuestas de Maru (en materia de racionalidad del gasto público) no son suficientes para superar -a corto plazo- el déficit presupuestal que agobian a las finanzas estatales, como consecuencia del irresponsable dispendio de recursos públicos, de los dos exgobernadores.
Para ello, es necesario sacar adelante la reforma integral a la Constitución Local, para incorporar nuevos principios fundamentales; entre ellos, una nueva política salarial acorde a la responsabilidad del cargo conferido; tendiente a reducir los inmerecidos salarios de los altos funcionarios y la abultada nómina burocrática.
Además, reducir significativamente el financiamiento público de los partidos políticos; reducir el número de diputados, eliminar dependencias ociosas; así como la mayoría de los fideicomisos estatales. Y en especial, generar una verdadera gobernanza y calidad en la gestión pública, que fomente la denuncia ciudadana de los actos de corrupción oficial.
Por mi parte, en mi carácter de activista social, exhorto a los titulares de los tres Poderes del Estado para que, a la brevedad posible, publiquen el ‘Plan de Austeridad’, mediante el cual sea posible optimizar el gasto público en beneficio de la ciudadanía chihuahuense.
De no ser así, quedaría en evidencia que los actuales funcionarios públicos, emanados del PAN, no actúan con “honradez, humanismo, eficiencia y espíritu de servicio”.