Chihuahua, Chih.
Una conmemoración más del 25 de noviembre, fecha en la que se instalan en todo espacio la exigencia y se ponderan acciones para la prevención, atención, sanción y erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres desde los discursos oficiales, sobre todo, de parte del Estado al tener una obligación jurídica derivada de múltiples tratados internacionales y la Constitución misma, reitero: obligación jurídica, ordenamiento legal, mandato constitucional, como guste decirle ya que, finalmente, se tendría que asumir que cada acción que el gobierno estatal a través de su Instituto Estatal de las Mujeres y sus homólogos en los municipios, deberían atender con acciones contundentes con el objetivo expreso de eliminar la violencia de género y garantizar los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
Por desgracia, en Chihuahua un abrupto retroceso en estos términos está ocurriendo y no hay proyección de que la actual situación en materia de violencia feminicida y atención a las distintas formas de violencia se modifique o no al menos sustancialmente.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en su reporte de enero a octubre de 2022 realizado a partir de llamadas al 911 confrontadas con el seguimiento que da la Fiscalía General del Estado, la tasa de feminicidio (1/100mil mujeres) se sostuvo en 1.64 convirtiendo al estado en uno de los más peligrosos del país para ser mujer, ya que se encuentra muy por encima del promedio nacional, que es de 1.17, conteo del cual podemos insistir en el registro de la cifra negra puesto que, la metodología utilizada es la de la clasificación del delito lo que deja a la especulación si hay mas asesinatos de mujeres que lo son, pero no son registrados de esa forma para no hacer incrementar la cuantificación estadística.
Los municipios donde mas feminicidios se registran son Chihuahua, Juárez y Guadalupe y Calvo, los tres, con alerta de género; otro dato alarmante es el incremento del delito en menores de 17 años, es decir, se están matando mas niñas y adolescentes.
El delito de violencia familiar, que alcanzó su pico mas alto en mayo del presente año, registra un incremento inédito en el mismo período con respecto del año anterior: aumentó de 214,282 a 230,030, o sea 15,748 de denuncias por violencia contra la familia dentro del hogar; excluyendo este delito, el resto de modalidades que conforman la violencia de género cursaron un incremento de 30.8% en el país, colocando a Chihuahua nuevamente, como uno de los estados de mayor incidencia, el nuestro, es el segundo estado en el registro por el delito de violación.
El reporte del Secretariado es amplio, acucioso y específico a la hora de registrar los delitos, por términos de espacio, solo referí estos cuantos por ser los de mayor impacto; sin embargo, los delitos contra la libertad y la seguridad sexual, contra el patrimonio, la violencia familiar en sus distintas formas, son registradas y no hay uno solo donde no destaque nuestra entidad convirtiéndose en emblemática.
Se podría suponer que las autoridades encargadas de regir las políticas públicas en materia de transversalización de perspectiva de género para garantizar el avance de la igualdad entre mujeres y hombres y la erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas, estarían alertas y poniendo sus mejores recursos y empeños en abatirla, todo lo contrario.
El municipio de Chihuahua “conmemora” la jornada “invitando” a las personas a que DONEN teléfonos celulares nuevos o usados (porque si no, no se pueden presumir como “acción gubernamental”; hacer caravana con sombrero ajeno, pues) con una justificación que versa: “…podrás ayudar a mujeres en situación de violencia extrema a tener acceso a herramientas de seguridad para ellas, sus hijas e hijos” y define un par de centros de acopio.
O sea, además de trasladar a la ciudadanía su responsabilidad de GARANTIZAR y salvaguardar la vida y la seguridad de las mujeres y las infancias, al Instituto Municipal de las Mujeres, entradas en la suposición de que una buena parte de la sociedad tiene recursos para hacer donaciones o bien, que comparten la misma realidad social como para poder cambiar teléfonos cuando aún están en buenas condiciones, le parece correcto -cuando ética y moralmente es altamente cuestionable y deleznable- apelar a la solidaridad de la sociedad en vez de cumplir con su responsabilidad, o sea, si sucede como suele ocurrir y seguido lamentablemente, ¿si un agresor mata a su esposa o pareja, de quién va a ser la responsabilidad? ¿del Estado porque no la protegió o de la persona que no le donó un celular?
¿Sabe qué es lo peor? Que, por ser municipio con alerta de género tienen recursos adicionales para operarla que se suman a su presupuesto corriente.
Por otro lado, el Instituto Chihuahuense de las Mujeres, con una serie de eventos de simulación, como la creación de moños naranjas y cine-clubs que, están muy bien si se es colectiva autónoma y autogestivamente, pero no para el organismo del estado que ha hecho un profundo vacío de las políticas publicas en la materia, que tiene todo al aparato del estado y recursos públicos para ejercerlas, pretende que hace pero se instala en la misma condición que su homólogo municipal: actuar con buenas intenciones considerando que así se salvan las diversas realidades de las mujeres del estado.
Se esperaría y aspiraría a que, en medio de una crisis feminicida y el incremento de las cifras en los delitos relacionados con la violencia de género, se pusiera intención, voluntad e interés por abonar a atenderla y erradicarla.
No vemos nada de eso, ni tampoco interés por la vida de las mujeres y las niñas de Chihuahua.
Las muertas no votan, decirlo quizá les motive algo, ya que lo único que les importa es perpetuarse en el poder a través de la vía electoral.
@MarieLouSalomé