20 mil y seremos más

20 mil y seremos más 12 de marzo de 2022

Mariela Castro Flores

Chihuahua, Chih.

Nuevamente, la pasada jornada del #8M en la ciudad se hizo historia y no fue la única; otros lugares como Juárez, Parral, Delicias, entre otras, también tuvieron movilizaciones multitudinarias o se organizaron por primera vez para tomar las calles y así manifestar consignas que materializan el hartazgo por la violencia, discriminación y exclusión que vivimos las mujeres por el hecho de serlo.

En Chihuahua capital, el río verde-violeta inundó las calles con 20 mil almas que, en el encuentro, se reconocieron y se vieron reflejadas en otras con los mismos sentires y pesares, por los secretos que en el abrazo colectivo se ventilaron y recibieron la escucha desde la empatía de saberse seguras y comprendidas.

Las acciones comenzaron en el Monumento a la Familia, en la avenida de la Cantera. Ahí se congregaron sobrevivientes de violencia sexual al interior de la familia, las que de forma valiente hablaron sobre las agresiones sexuales de padres, padrastros, tíos, abuelos, primos, hermanos y que se encuentran protegidos por las instituciones y las congregaciones religiosas por ser “la célula básica de la sociedad” a pesar de ser la institución que más normaliza, oculta y habilita el abuso. 

De ahí, el grupo de manifestantes partió a unirse a los contingentes que ya se disponían en orden en la Glorieta de Pancho Vila mientras éste era reivindicado como el violador y asesino que es, pintándolo de verde, violeta y colgándole globos, ridiculizándolo.

 


Porque para eso son los monumentos, para resignificarse o destruirse cuando ya nada representan o representan valores que ya no son acordes a la sociedad en la que aspiramos vivir.

El desbordante contingente marchó rumbo a la Plaza del Ángel para el mitin político ya preparado; a su paso, estaciones de ViveBus, edificios públicos y de empresas privadas vieron registrarse cientos de nombres de agresores sexuales y sus encubridores, empresas que de modo sistemático violan derechos laborales de sus trabajadoras o titulares de instituciones (como el rector de la UACH) señalado por proteger a acosadores y agresores cuestionando a las afectadas, víctimas y sobrevivientes en sus dichos para cubrir con un manto de impunidad a sujetos como Iván Quintana, entre otros, con la firme convicción de que para que un agresor deje de serlo y otros no se vean alentados a estar cómodos con las violencias que ejercen, deben padecer costos sociales como la exhibición pública.

Ya en el mitin las denuncias siguieron al micrófono, las demandas y exigencias de justicia también. Derechos que legisladores omisos se niegan a reconocer, la procuración de justicia que no se ejerce, la inutilidad de tener mujeres encabezando los poderes en el estado hicieron eco.

Al día siguiente, el alcalde en una muy cuestionable benevolencia manifestó que “los daños materiales se reponen, las vidas de las mujeres, no”, la gobernadora volteando el discurso en su clásico victimismo planteó la iconoclasia como un asunto personal, como si fuese un asunto de agresión a su persona. 

No está muy lejana a la realidad: el reclamo es válido; fue la mismísima Maru Campos quien disminuyó drásticamente los recursos de atención a víctimas y no solo de género, la que instruyó y fusionó la Fiscalía Especializada en Delitos de Género FEM y los Centros de Justicia para las Mujeres CEJUM’s como parte de la Fiscalía General para ahorrarse dinero en su operación y reducir su personal, fue ella quien por su instrucción se despidió personal altamente sensible y profesional de centros especializados en atención jurídica y psicológica con perspectiva de género para mujeres víctimas de violencia para contratar a personal que no tiene ni siquiera una adecuada aproximación al tema, ocasionando daños incuantificables.

“¡Las paredes no!”, “Esas no son las formas”, “La puerta de palacio…”. 

11 feminicidios diarios, 1 mujer o niña violada cada 4 minutos, 34 niñas convirtiéndose en madres cada día, el reporte de la desaparición de 9 mujeres y niñas de entre 12 y 17 años cotidianamente, 72% de la violencia sexual es dentro de los hogares, solo el 1% de feminicidas y violadores se encuentran en prisión y ese mismo porcentaje es el que se judicializa cuando se presentan denuncias. 

De ese 1% de todas las denuncias presentadas, solo el 0.01% logra una sentencia condenatoria ¿Por qué no denuncian en vez de rayar?, se atreve a bramar la sociedad.

Reclaman por las paredes cuando proteger y preservar el patrimonio histórico también es un derecho humano, un derecho humano cultural. 

Y los de las mujeres y los culturales deberían cumplimentarse a la par: las paredes hablan de las violencias de hombres e instituciones que matan, violan, agreden y revictimizan, no hablan de mujeres violentas. Hablan de las violencias de los hombres. Ahí es donde se debe colocar la responsabilidad.

En ese contexto, dos días después se presentó la iniciativa para la despenalización del aborto y a pesar de las insistentes provocaciones que hombres antiderechos (providas) siendo invasivos generaron contra las mujeres a favor del derecho a decidir que también se encontraban a las puertas del Congreso, no hubo choque ni agresión. 

Los grupos celestes hincados rezaban el rosario acompañados del repique de las campanas de catedral, en tanto sostenían pancartas que afirmaban “no eres dueña de tu cuerpo”, mientras la mirada de la otredad se preguntaba, ¿entonces quién lo es?

“Aborto sí, aborto no, eso lo decido yo”, “Saquen sus rosarios de nuestros ovarios, saquen sus doctrinas de nuestras vaginas, saquen sus rezos de nuestros congresos” consignaban las feministas en tanto exigían respeto al estado laico, reconocer el aborto como el derecho que es de acuerdo a lo que la Suprema Corte ya sentenció y como avance en materia de reconocimiento en derechos sexuales y reproductivos. 

Dentro del Congreso conservadores se instalaban en la necedad de criterios obscurantistas, dignos de la edad media. 

No, no todo Chihuahua es "provida". La enorme movilización de las mujeres les ofrece la oportunidad de estar a la altura de la historia, ya que por mucho que convocaron a grupos “provida” había apenas pocas decenas de personas que representan su postura, cuando el pasado 8 de marzo, 20 mil inundaron las calles ¡Que pobre poder de convocatoria, que poco representan! De la bancada panista, hay diputados por los que nadie votó o votaron menos de mil personas.

La jornada del pasado 8 de marzo es emblemática porque grita a todo pulmón, como coro de miles de voces: reparen el daño.

Ojalá no se vuelvan a equivocar eligiendo entre las paredes y las mujeres.

No son providas, son antiderechos.

@MarieLouSalomé

Mariela Castro Flores

Politóloga y analista política especialistas en género y derechos humanos.