15 años (o más) nadando en sangre
Sin Retorno

15 años (o más) nadando en sangre 24 de diciembre de 2023

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

 


A Lorenzo «Cheque» Pérez: 

El atento escudriñador de la escena chihuahuense, que conjuntó en una hemeroteca, -convertida luego en empresa y base de datos, (la más completa de su tipo)- sus grandes pasiones: La política, la amistad, la investigación, el periodismo, el debate y el análisis.

Así nació Información Procesada (INPRO), la que, afortunadamente para periodistas, estudiantes, académicos, activistas, empresarios, investigadores, gobernadores, organizaciones de la sociedad civil fue almacenando y procesando lo publicado por la prensa de Chihuahua, y luego la de la CdMx que mencionara a nuestra entidad.

Bajo su puntual conducción, INPRO pasó del recorte de periódicos a la moderna plataforma digital que le ofrece a sus usuarios una colosal información. Mientras El Cheque recortaba, pegaba, ‘subía’ y distribuía la información, la procesaba y, a quien le solicitara el análisis, se lo otorgaba con una precisa y apasionada exposición, al tiempo que fortalecía y hacía crecer a sus amistades.

Vaya un sentido y adolorido homenaje a quien hizo, de su empresa, su aportación al Chihuahua inmenso. 

¡Adiós, compadre!

Por supuesto que las fechas son arbitrarias, el título de este trabajo es para enfatizar lo que hemos sufrido los chihuahuenses a lo largo de tres lustros, con antecedentes extremadamente  dolorosos, los feminicidios.

Puede ser que hayan sido el punto de arranque de lo que ahora sufrimos.

En este lapso Chihuahua ha ocupado uno de los 10 lugares con el mayor número de homicidios por año, y muy frecuentemente dentro de los cinco más altos.

Ahora que la clase política se apresta a luchar por los puestos de elección popular, quizá sería bueno enfatizar en que a Chihuahua le hace falta -a todo el país, pero como diría la muy querida y desde ahora añorada Cristina Pacheco, aquí nos tocó vivir- lo que deseamos los chihuahuenses.

Necesitamos que la clase política chihuahuense, que tiene muchos vasos comunicantes entre sí, haga un pacto para combatir la inseguridad e instalar un nuevo modelo de seguridad pública.

Es urgente, antes de qué lo que ocurre todos los días frente a nosotros, en muchos lugares del país de manera generalizada, se haga presente en las ciudades  y regiones chihuahuenses.

Y entrar al rescate del entramado social; el de acudir a otras experiencias en donde los índices de inseguridad fueron disminuidos seriamente, a partir de la puesta en vigor de proyectos de mayor calado social que el instrumentado en Juárez durante algunos años, después de la matanza de los jóvenes de Villas de Salvárcar.

Para ello es necesario lanzar un ambicioso programa de remodelación de las escuelas, para convertirlas en escuelas de tiempo completo, con la contratación de infinidad de maestros y asesores en diversas áreas, que complementen la educación escolar; la remodelación y rehabilitación de todos los espacios deportivos y sociales, con la presencia de promotores sociales y deportivos; se hace necesario contratar a cientos de nuevos elementos de las policías municipales, especialmente de las demarcaciones con mayor población en el estado y otras medidas semejantes.

Deberíamos contar con los llamados policías de barrio, o por lo menos con el número necesario de elementos policíacos que cotidianamente estén haciendo recorridos en áreas infinitamente menores a las que hoy tienen asignados.

Y efectuar una redefinición de la Guardia Nacional (GN), hasta lograr la creación de una policía federal de carácter civil; de reasignar recursos para impulsar la seguridad pública a nivel  municipal y usar todos los instrumentos de la inteligencia militar y de seguridad pública para desatar una gran ofensiva en contra del crimen organizado.

En la que es la fecha más emblemática de los buenos deseos que debemos prodigarnos unos a los otros, sería pertinente detenernos -nuevamente, reiteradamente, como desde hace mucho tiempo- en la inmensa tragedia vivida por los chihuahuenses.

Según diversos estudios, el número de personas afectadas por el asesinato de una, en su entorno, es de alrededor de cincuenta.

Pueden tratarse de cifras inimaginables.

Entre el inicio del sexenio de Reyes Baeza, a mayo del 2023,  un total de 40 mil 180 personas han sido asesinadas en el estado de Chihuahua. (Con datos  de la nota de Miguel Ángel Silva, El Diario, 5/6/23).

Esto significa que, tan solo por homicidios, del 1 de octubre de 2010 a mayo de este año, 2 millones de chihuahuenses han resultado afectados por esas tragedias.

¡Dos de cada 3 chihuahuenses han sufrido la pérdida, de manera violenta,  de una persona de su entorno más cercano!

De acuerdo con el investigador y escritor británico, Desmond Morris, el círculo de las personas con las que un individuo se relaciona es cercano a las 100, porque, argumenta en «El mono desnudo», era la máxima cifra del grupo tribal de la época del comunismo primitivo.

Hoy tenemos más razones para preocuparnos más.

Al listado de los males de Chihuahua, en el cual es una de las entidades lideresas -feminicidios, violaciones, delitos sexuales, violencia doméstica y homicidios- ahora hay que agregarle una más: Las masacres.

De acuerdo con Causa Común, tal definición la recibe el evento en el que son asesinadas por lo menos tres personas.

Según el seguimiento hemerográfico hecho por la  organización, en esta entidad se registraron 442 crímenes, en 2023, que encuadran en su definición de atrocidad, o de «”uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo”… entre estos casos, agrega el informe, en Chihuahua se contaron “al menos 192 de tortura, 65 asesinatos de mujeres con crueldad extrema y 25 masacres». (Nota de Sandra Rodríguez Nieto/Alejandra Sánchez, El Diario, 25/10/23).

Chihuahua aportó el 13% de los casos presentados (191) a lo largo del 2023 en el país y se colocó, para nuestra desgracia, en el número 1, como antes, cuando Juárez y Chihuahua fueron las ciudades más violentas del mundo.

Son espeluznantes: 24 crímenes con mutilación o descuartizamiento, 19 personas calcinadas, 16 asesinatos de niños y adolescentes y 28 violaciones agravadas, para un total de 560 víctimas, la cuarta cifra más alta del país.

«Lejos de la mitología sobre crimen organizado que prevalece en nuestra conversación pública, buena parte de estas atrocidades son perpetradas por personas que no forman parte de organizaciones criminales. Se trata de violencia criminal, sí, pero es, también, violencia de género, violencia familiar, violencia comunitaria y violencia social, dice el texto titulado “Galería del horror: atrocidades y eventos de alto impacto registrados en medios periodísticos”». (Ibídem).

Qué lejos quedamos de la época entre 2008 y 2017, la peor época homicida de Chihuahua, en la que se presentaron más de una veintena de masacres.

Hijastros que asesinan a las parejas de su mamá; ex maridos que lo hacen con su ex y/o la nueva pareja sentimental (También ocurre al contrario, pero son considerablemente menos). Crece el número de mujeres involucradas en el crimen organizado, por su cuenta y riesgo, o presionadas de alguna manera por sus parejas.

Es todo el país. De Baja California en eventos deportivos, a Guanajuato en posadas navideñas; a Jalisco en Call Centers, en bares de todo el país; en enfrentamientos entre vecinos y sicarios; en las luchas entre las bandas. Lo mismo ocurren en la noche que en la madrugada, en el día, en plena vía pública, en estadios, en canchas de colonias…

Según la encuesta que abarca de octubre de 2022 a septiembre de este año, «un 14.4% de hogares en la ciudad capital reportaron denuncias de violencia en el hogar. Ciudad Juárez y Chihuahua ocupan el sexto y séptimo lugar a nivel nacional en la presentación de denuncias de violencia intrafamiliar». (Nota de Velvet González, El Heraldo de Chihuahua, 7/8/23).

Todo lo anterior revela que tenemos un verdadero problema social, que nos atañe a todos, que va más allá del arraigo o no de las bandas criminales, que revela con toda crudeza la ausencia de la procuración y aplicación de la justicia; que debiera ser uno de los temas centrales de las propuestas de quienes ahora se desgañitan por mostrarnos su inveterada ‘voluntad de servicio a la sociedad’.

Para hacerle frente a tan tremendo reto, se hace necesario hacer una evaluación de la actuación de la Guardia Nacional (GN).

Sus calificaciones son desastrosas. 

Convenimos en que los homicidios son del fuero común, que son los gobiernos estatales quienes deben hacerse cargo de ellos, pero la legislación establece que cuando el asesinato se comete con una arma de uso exclusivo de las fuerzas armas y/o se comete por más de 3 personas, es de competencia federal.

Pues bien, la GN detuvo a ocho personas por día en 2022 en todo el país, la cifra más baja desde su creación (bajó 63%), justamente cuando la cifra de homicidios, en el sexenio, ronda los 180 mil, de acuerdo con el monitoreo de RTResearch, número al que el INEGI le agregará un 20% más.

La Guardia Nacional es 40 veces menos eficiente que la extinta Policía Federal, asegura ‘Causa en Común’:

«El año pasado la Guardia Nacional detuvo a 3 mil 7 personas con 128 mil 233 elementos, es decir, un detenido por cada 40 elementos (según su informe). Mientras que la Policía Federal en 2011 (Informe de Gobierno) con 39 mil 263 elementos detuvo a 36 mil 940 personas». (Nota de Lidia Arista, Infobae, 1/6/23).

 La de antes tenía severas fallas, al igual que ahora la Guardia Nacional, pero López Obrador desperdició la oportunidad de crear la policía civil necesaria para el país. 

Incrementó la militarización de la seguridad pública.

El gobierno de Maru Campos debe efectuar un radical giro de timón en esta materia, debiera acometer tareas que hoy son responsabilidades de la federación.

No hay asunto más importante que éste.

Deberá hacerlo, pues, muy probablemente, todo el año 2024 no tendrá el apoyo de la federación para ello.

¡Disfruten la reunión navideña!

-o-

También nos dejó el Profr. Miguel Ángel González. Hombre de servicio, cortesía y buen trato, deja a un cúmulo de chihuahuenses sin su compañía y su militancia permanente en las causas que enarboló. En estas horas recuerdo su firme defensa de los indios de Monterde, cuando éstos fueron agredidos. 

A puntapiés tumbó la puerta que le impedía, a él y a otros diputados del PRI, y al del PRD, Dagoberto González, acceder a Averiguaciones Previas pues el gobierno de Barrio tenía aislados a los indios detenidos.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com 

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Citas hemerográficas: https://www.inpro.com.mx

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario